MAGNET ━━ rickwoongmatt

¡ doce !

Fei había enloquecido apenas su hijo entró a la casa luciendo un rebelde cabello rosa.

— ¿Qué diría tu padre si te viera así? —habló enfadada, sus brazos estaban cruzados en su pecho y la desaprobación en su mirada entristeció a Ricky.

— Madre, y-yo... a mí realmente me gusta —soltó, mordiendo su labio nervioso—. Muchos de mi clase también se tiñeron.

Fei bufó.— ¿Cuándo te convertiste en un delincuente? —Ricky abrió sus ojos como platos al escuchar las cosas que decía su madre— Tu padre y yo no te criamos así.

— Sólo me teñí el cabello, ¿qué tiene de malo? —se defendió con la voz temblorosa— Eso no me convierte en un delincuente.

— Estoy decepcionada, Shen Quanrui

Esas palabras lo rompieron por completo.

— P-pero, mamá... —las lágrimas salieron de sus ojos a medida que su voz se hacia mas pequeña.

Fei le dió una última mirada a su hijo antes de girar sobre sus talones y caminar por el pasillo.— Tú decides, Ricky —dijo, dejando ver un lado de su rostro—. Puedes dejar ese color en tu cabello y dejar que tu padre se encargue de eso, o vuelves a teñir tu cabello y hacemos como que nada pasó.

Su madre desapareció de su habitación, dejándolo completamente destruido.

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Las lágrimas bajaban por sus mejillas mientras que intentaba amortiguar sus sollozos con la almohada. Ricky no sabía qué hacer. Soltó un grito de frustración, pero no fue suficiente.

Se levantó de la cama y tomó su teléfono. Dudó antes de marcar el número pero, en ese momento, lo único que necesitaba era a alguien con quien hablar y un hombro donde llorar.

Necesitaba a Jiwoong y a Matthew.

— ¿Ricky?

Una sonrisa se formó en sus labios al escuchar la voz de Jiwoong.

— Sí, soy yo, ¿como estás?

Hizo un intento para que su voz no se rompiera, pero fue inútil, porque Kim  rápidamente notó que algo andaba mal.

— ¿Sucede algo? ¿Estás bien?

— Me gustaría decir que sí, pero no te voy a mentir, ¿podemos salir? Yo... enserio necesito hablar con alguien.

— Está bien, ¿quieres que le hable a Matty?

— Sí, por favor. Iba a hablarle, pero no quería preocuparlo, sabes que es muy sensible.

— Lo sé, hablaré con él... ¿donde siempre?

Ricky sonrió nostálgico, sin saber que el mayor lo hacía igual.

— Dónde siempre.

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Fue fácil para Ricky salir de casa, tan sólo le dijo a su madre que saldría con Hayun y Junseo, y voila, incluso le permitió quedarse a dormir en casa del chico. Ricky a veces creía que amaba más a sus amigos que a él.

— ¡Ruiqi! —el grito de Matthew lo trajo de vuelta a la realidad y, con una sonrisa, atrapó el cuerpo del rubio en sus brazos— ¿Estás bien? —Matthew se alejó de él examinando su rostro— Hyung dijo que no te sentías bien, ¿por qué?

Ricky acarició la mejilla de Seok antes de dejar un pequeño beso en ella.

— A mi madre no le gustó para nada mi nuevo look —confesó.

Jiwoong rodó sus ojos y se acercó a Shen, regalándole una pequeña sonrisa.— ¿De verdad estás bien?

Ricky no pudo contener la mirada por mucho tiempo. Fue sólo cuestión de segundos para que las lágrimas volvieran a brotar de sus ojos.

Kim rápidamente lo atrajo a su cuerpo envolviéndolo en un abrazo. Ricky se permitió llorar, dejando que el mayor lo protegiera con su cuerpo mientras que Matthew acariciaba su cabello suavemente.

— Quiere que lo vuelva a teñir —soltó luego de varios minutos apartando su cuerpo del mayor—. Pero yo no quiero.

— No pienses en eso ahora, ¿sí? —le dijo Jiwoong dulcemente.

— Pero... mi padre se enojara conmigo cuando me vea.

— Ruiqi, escucha a hyung —intervino Matthew—. Primero tienes que calmarte. Recuerda que estamos aquí para ayudarte, no estés triste —terminó de decir, apartando las lagrimas de las mejillas de Ricky con sus pulgares.

Shen asintió, sintiéndose más tranquilo. No valía la pena estresarse ahora.

— Tienen razón.

— ¿Y qué traes en ese bolso? —preguntó el menor, señalando el bolso en la espalda de Ricky.

— Pues le dije a mi mamá que saldría con mis amigos y me permitió pasar la noche con Junseo... lo que es mentira —dijo rápidamente al ver como el rostro de sus amigos decaían por un momento.

— ¿Eso significa que tendremos una pijamada? —los ojitos del menor brillaron ante la idea.

Los mayores se miraron entre sí antes de asentir con una pequeña sonrisa y ser apresados por los brazos de Seok.

— Pueden quedarse en mi casa —habló Kim, besando la cabellera rubia de Matthew—. Mis padres no están, trabajan hasta tarde, dudo que noten que haya alguien además de mí en la casa.

— Le diré a mi mamá, estoy seguro de que me dirá que sí.

Matthew se alejó de ellos con la intención de llamar a su madre para pedirle permiso, claro que después tendría que darle muchas explicaciones, pero sabía que su madre no tendría problema con dejar que se quedara en casa de su amigo de infancia.

꒰꒰ ❛ ❏ m a g n e t ¡!

Ricky rozó sus labios con los de Matthew haciendo que este suspirara. Sonriendo, acortó la poca distancia que había entre ellos y besó sus apetitosos labios.

Matthew abrió su boca, dejando que Ricky adentrara su lengua. El rubio soltaba pequeños jadeos, y eso, además de los chasquidos obscenos que hacían sus bocas al chocar, fue directamente al miembro de Shen.

El pelirosa succionó la lengua del menor, haciendo que este gimiera y apretara sus puños en la camisa ajena. Ricky bajó sus manos hasta llegar a los pantalones de chandal que traía el contrario y, sin pedir permiso, metió sus curiosas manos, apretando el trasero de Matthew a su antojo.

Seok se apartó de sus labios todo jadeante y sudado, y ladeó su cabeza dándole acceso a Ricky para que besara y chupara su pálida piel.

— Mhmm, Ruiqi —gimió Matthew, moviéndose en el regazo del mayor, haciendo que su trasero hiciera fricción con el duro miembro.

Ricky seguía lamiendo el cuello de Matthew, dejando marcas visibles mientras que sus manos no dejaban de acariciar su trasero. Las mejillas de  Seok eran suaves y regordetas, y el pelirosa se dió el gusto de amasarlas sin pudor durante un rato, disfrutando de como se sentían en sus manos.

— Así que jugando sin mí, ¿no? —la voz de Jiwoong los sacó de su burbuja. Ambos girándose a ver al mayor quien tenía una sonrisa pícara en sus labios— No se detengan por mí, terminen lo que empezaron, pero asegúrense de no cansarse demasiado. Luego será mi turno —dijo seguido de un guiño, yéndose a su armario en busca de ropa.

Matthew y Ricky se miraron, ambos estaban sonrojados hasta las orejas, pero luego de intercambiar algunas miradas, decidieron continuar con lo suyo, sin importar que Jiwoong estaba a unos pocos metros de ellos mirándolos aún sin borrar su sonrisa.