¡ ocho !

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Jiwoong ordenó sus cosas en la litera de arriba mientras miraba de reojo a Seok, quien sacaba sus lociones y cremas y las colocaba en el cajón al lado de su cama. El mayor sonrió por inercia recordando lo bien que olía su menor.

Matthew giró y se sobresaltó al tener al mayor tan cerca, su mirada penetrante lo hacía sentir más pequeño.

— ¿N-necesita algo, h-hyung? —preguntó, jugando con las mangas de su suéter sin poder mirarlo a los ojos.

— ¿Aún sigues usando esa loción?

Matthew levantó su mirada, viéndose completamente confundido.— ¿Loción? ¿C-cuál loción?

Jiwoong sonrió por lo tierno que se veía su menor y, sin poder resistirse, enterró su rostro en el cuello de Matthew, haciendo que este abriera sus ojos a más no poder.

— Hueles muy bien.

Sin poder reaccionar, Matthew sintió como Kim tomaba su cintura y lo apegaba más a él. Las mejillas del menor se encendieron por la cercanía.

— ¿Qué está pasando aquí?

La voz de Ricky retumbó por toda la habitación, haciendo que el menor empujara fuertemente a Jiwoong, alejándolo de él.

— ¿Tu madre no te enseñó a tocar? —molestó el mayor, haciendo que Ricky frunciera el ceño.

— También es mi cabaña —contestó, dirigiéndose a su cama— Y les agradecería que, si van a hacer esas cosas, lo hagan afuera.

El pelirosa bufó. — Si hiciéramos esas cosas estoy seguro de que quisieras ver —siguió molestando, caminando hasta él con los brazos cruzados—. O participar. —susurró lo último, guiñándole un ojo.

— Idiota.

— Vamos, Shen, mueres por besar estos labios de nuevo.

Ricky se levantó encarándolo. Su hyung se había convertido en un verdadero idiota esos últimos años.

— Por favor, no te creas mucho, Kim —escupió, acercando su rostro al del mayor, quien lo miraba con una sonrisa ladeada—. Te has convertido en todo un arrogante, pero déjame decirte algo; tú no me interesas.

¿Por qué le dolió tanto decir esas palabras? Claro, porque eran una completa mentira.

— Ni tú te crees eso.

Era poca la distancia que los separaba. Matthew podía sentir la tensión en el aire y estaba aterrado.
Fue en cuestión de segundos cuando ambos juntaron sus labios en un beso rudo, que sorprendió a Matthew. Se besaban de una forma salvaje como si quisieran comerse el uno al otro, Jiwoong mordía y Ricky se lo devolvía.

Todo se estaba saliendo de control. Seok se acercó a los dos chicos que parecían estar llevándose muy bien.— ¿Chicos? —musitó, pero ninguno pareció haberlo escuchado— Chicos... ¡chicos!

El canadiense definitivamente se estaba comenzando a desesperar.

— Maldita sea, ¡Kim Jiwoong y Shen Quanrui, sepárense de una jodida vez! —gritó a todo pulmón, haciendo que ambos se separaran jadeantes.

Ricky miró a Jiwoong sonrojado y lo empujó antes de levantarse de la cama.

— Parecen unos adolescentes hormonales. Dios, ¡crezcan de una vez! —habló enojado y salió de la cabaña.

Jiwoong se sintió como un idiota, había olvidado lo sensible que era el menor.

— Está enojado —dijo Shen.

El mayor negó.— Está triste —Ricky lo miró confundido—. No le gusta que lo dejen de lado, ¿recuerdas?

El rubio hizo un “o” con su boca. Habían excluido a Matthew.

MAGNET ━━ rickwoongmatt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora