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Otro día nuevo, otro amanecer hermoso se reflejaba en el cielo.
Italia Fascista se levantó de mañana, en el cielo ya se podía notar el lindo amanecer cubierto de nubes y colores cálidos por toda la habitación.
Las mañanas eran la mejor parte del día...
Sin embargo, su aliado era todo lo contrario, el prefiere las noches cálidas y oscuras.
Para el la Luna era lo más hermoso que podia haber visto sus ojos.
Eran como el Sol y la Luna.
★ — 愛 ⭒๋࣭ ⭑
Italia reviso que todo estuviese en orden en su recámara, atendió algunos documentos que tenía pendientes y salió de su cuarto.
Ese día quería acompañar a desayunar al Imperio, desde que todo el Eje empezó a vivir juntos el Italiano veía al Nipón desayunando solo o aveces ni siquiera desayunaba.
Iba a prepararse su desayuno, no obstante, un tono de llamada lo interrumpió. Él fue hacia su oficina, este era el lugar donde se escuchaba el "Ring ring"
—Habla Italia Fascista, ¿sucede algo? - Contestó el Fascista con una voz ronca.
—¿P-padre? - Susurró un pequeño Italia, el hijo del Fascista se escuchaba tán nervioso y sensible que su padre no pudo ignorarlo.
—Italia... ¿Pasa algo? He estado ocupado estos días. - Dijo el Europeo con una voz más firme.
Ninguno de los dos hablaban, Fascista esperaba respuesta e Italia no tenía el valor para hablar con su padre. Era raro que el pequeño marcará a su padre, esto sorprendía bastante al mayor, pensó que le podría haber pasado algo y se alertó. Siendo sinceros, su relación de Padre e hijo iba empeorando cada día desde que el monarca de la familia decidió convertiste en Fascista.
Tan solo eran ellos dos contra el mundo, pero eso cambio cuando el padre de Italia decidió unirse a las Potencias del Eje. Pasaron de ser una bonita familia a ni siquiera poder hablarse.
Todo lo contrario al Japonés.
—¿C-como has estado, p-padre? - Rompió el silencio el más pequeño de los dos, al mismo tiempo seguía con su voz baja e Infantil.
—Bien, estoy bien, ¿tu, hijo? - Respondió emocionado, hablaba cada vez más fuerte y claro.
—P-padre, ¿cuándo vas a v-volver aquí? ¿Ya no te importo? - La reacción del menor impacta al gobernador, sus palabras le llegaban hasta el alma al recordar como es que su pequeño no tenía la atención necesaria por parte de su padre, considerando que no tiene hermanos, Italia estaba completamente solo.
—Ultimamente tengo mucho trabajo, quisiese verte y abrazarte como nunca lo he hecho... Pero no puedo hacerlo, si abandono esto podemos empeorar. - Poco a poco se empezaron a escuchar las lágrimas que desprendían desde los ojos del menor.
—T-tu siempre pones la misma excusa, padre... ¿Que pasa? N-no entiendo, t-tienes más tiempo para tus compañeros que para tu p-propio hijo. - Su voz ronca y su forma de hablar le partían el alma al mayor, no dijo nada en lo absoluto, se quedó callado en un estado de shock. - N-nos vemos, p-padre...
Italia colgó la llamada, el Fascista solo dejo el teléfono y se sentó contra a la pared. Lloró, eso era lo único que podía hacer, llorar por su relación con su único hijo.
Ese era la fuente de su estrés, se preocupaba tanto por su hijo que solía hacer llamadas repetitivas hacía su pequeño, se alteraba cuando no le llegaba a contestarle. Pocas veces era que el pequeño contestaba y las llamadas no duraban nada en lo absoluto.
Amaba a su hijo, sin embargo el pequeño lo veía de otra manera, Italia llegaba a pensar que su padre simplemente no lo amaba, el amor que tenía hacía su padre dejo de brillar. Cada vez que veía a otras persona con una figura paterna sabía que el ya no podría tener un padre que lo amara tanto y tan solo a sus doce años de existencia tenía un vacio dentro de el.
★ — 愛 ⭒๋࣭ ⭑
Cómo en la gran mayoría de veces, el Nipón se levantó después que su compañero. Él ahora ordenó un poco más su cuarto que el día anterior, de igual manera el se arregló un poco mejor.
Cómo ya era de costumbre, antes de trabajar siempre llegaba a desayunar. Al igual que el día anterior no encontró a su aliado en la cocina, pero si vió como está misma estaba con un tazón de pasta cruda.
Ignoró eso y abrió el refrigerador sacando un poco de fruta que había por ahí, la colocó en un plato hondo y iba a empezar a comer. No obstante, empezó a percibir el sonido de los sollozos de alguien.
El Nipón tenía el oído muy agudo, escuchaba con presicion cada uno de los llantos, ya harto del sonido que escuchaba, se levantó y fue hacia donde provenía el sonido.
[ . . . ]
Lo miré tan devastado, tan desesperado...
Algo en mí impedía acercarme a él, no podía hacerlo.
—Italia Fascista...
—¡Italia Fascista!
Di un solo paso al frente, tan solo uno.
—¡Cállate! - Grito el Italiano levantándose del suelo. —¡Eres una mierda, maldito asesino! - después, abofeteó a su contrario, el Nipón solo cambio su expresión de calma cambio a una de molestia.
El Imperio resguardo su irá, agarro fuertemente de las manos a su contrario. No dijo nada, solo miraba los ojos destacados de su compañero.
—¡Apartate! - dijo empujando con irá a su contrario, luego caminar hacia la puerta para irse.
El Japones agarra con fuerza del brazo al contrario. —¿Que busca exactamente con esto?
—Usted no entendería, ya sueltame, porfavor. - Dijo para también mirar a los ojos al Japonés, con sus ojos rojos y cansados.
El Nipón mira al Europeo con una mirada que reflejaba su lamento, su contrario le miraba más asombrado que antes.
—Dime Japones, ¿por qué soy así? ¿porque no puedo ser mejor padre? - Se posicionó en frente del Imperio, sin pensarlo lo comenzó a abrazar. El Sol Naciente solo se quedó tieso, sin hacer nada.
—Lo que a uno le duele y no lo habla, lo llora...
El Fascista empezó a llorar nuevamente, su cara estaba apoyada en el hombro del Nipon. — Gracias, Imperio Japonés... - dijo bostezando y luego quedarse dormido en el mismo lugar.
El insomnio debemos de enfrentar cada uno de los tres, es difícil dormir con tantos problemas que nos rodean, ¿no es así? Otro día, otra noche de insomnio.
Tal vez algún día llegue alguien y te haga brillar como nunca alguien lo hizo, Italia Fascista.
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𝘈 𝘭𝘪𝘦 𝘪𝘯 𝘭𝘰𝘷𝘦 | Countryhumans
Historical Fiction✦ ──── 𝘈𝘮𝘢𝘳 es el sentimiento más hermoso que existe sobre la faz de la Tierra, uno que pocos en verdad lo han vivido y ha muchos lo han dañado, para amar, hay que sufrir y para sufrir, hay que amar. Yo... Yo amé, lo amé a él. Quizá en otro uni...