𝘈 𝘭𝘪𝘦 𝘪𝘯 𝘭𝘰𝘷𝘦 | Countryhumans

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Ya llevaba más de una semana en Japón. Aquí no me tratan mal ni mucho menos, pero me siento bajo un peso que me mantiene inquieto; el saber que no he podido regresar a mi provincia.

Por mí ya hubiera comprando mi vuelo hacia allá, pero unos días después de mi llegada a Japón Imperio me comentó sobre algo que me dejaría pensativo.

✦ . Flashback ...

Había terminado ordenar la recámara, ahora me encontraba en el escritorio planeando mi regreso a Italia. Busqué regresar lo más antes posible, el miedo inmenso que sentía porque llegarán a hacerle algo a mi país en mi ausencia prevalencia en mí, y aún más que le hicieran daño a mi hijo, me motivaba a regresar lo más pronto posible.

Desde que llegué aquí no pensaba en quedarme un largo tiempo, al contrario, calculé que menos de tres semanas era lo que iba estar acá. Así que ya necesitaba empezar con el vuelo. Llamé a mi personal para que me buscará una reservación de un vuelo en esos días, que fuera segura y beneficie el tiempo que tenemos.

Después de todo el día pude ponerme de acuerdo con mi personal; mi vuelo iba a salir pocos días después, solamente faltaba la reservación y ya estaría todo listo para irme otra vez a Italia. Realmente lo necesito, necesito ir a Italia, no quiero desperdiciar mi tiempo aquí. Aparte que está el tema de Reich, tengo que hacer algo.

Bueno. Ciertamente cansando de dar tantas vueltas en aquel asunto, me recosté en la silla soltando un suspiro ondo, solamente sentía que se me había quitado un peso de encima y era lo que principalmente me importaba.

Ahora, ¿qué debo de hacer al llegar a Italia? Si a Imperio le importa una mierda lo que pase con Third yo voy a evitar que el problema pasé a mayores, voy a defender a mi jefe cuánto pueda.

También recuerdo sus palabras, pero cinco palabras fueron las necesarias para convencerme de no mandar mis fuerzas para el territorio soviético. “Eres la presa más fácil” Y sí, soy la presa más fácil, realmente me asusté, estoy asustado. Pero no quiero ser un estorbo más en el eje, quiero liberar a mi jefe.

Seguía recostado sobre la silla mordiendo un bolígrafo, memorizaba cada idea que tenía en mente cuando llegara a mi país. Hasta que escuché la puerta abrirse, me asusté por la repentina interrupción en mi concentración, así que volteé rápidamente para ver qué pasaba. Era Imperio...

—Il mio Dio ti benedica. -Dije rápidamente en mi idioma nativo al ver a Imperio en el marco de la puerta. —¡Hey! Casi me das un infarto. -Suspiré antes de hablar. — Porfavor toca la puerta antes de entrar, si sigues así me matarás.

—¿No te asusta una guerra pero sí esto? - Preguntó. Él entró a la recámara cerrando la puerta, posando frente mío. —Bueno, cambiando de tema, necesito decirte algo.

—Uhm, justamente yo también tenía que decirte una cosa. - Comenté. —Puedes decirlo primero, yo no tengo ningún problema.

—¿Seguro? Bueno, si no mal estoy recuerdo que ya te había mencionado sobre el ataque al Pearl Harbor. - Cruzó de brazos, suspirando consigo. —Estoy seguro que se realizará por los primeros días de diciembre, por ende no te puedes quedar aquí más de un mes.