Un Millón De Atardeceres. (Leo x Lector/a) #41

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Créditos: riseofamoonycake

🦁 Pareja: Leonidas x Lector de género neutro

🦁 Advertencias: mención de contenido para adult

🦁Después de días de lluvia intensa e ininterrumpida, el sol finalmente se mostró durante horas

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Después de días de lluvia intensa e ininterrumpida, el sol finalmente se mostró durante horas. La mañana fue calurosa y una tarde aún más caliente la siguió; los poderosos rayos de la estrella secaron cada gota de los prados y playas, permitiendo que cientos de personas salieran al aire libre para disfrutar finalmente de la llegada de la hermosa temporada. La calidez se disolvió en algo más suave y gentil al acercarse la noche.

"Un millón de momentos como este... eso es todo lo que deseo."

Desde la ventana de la habitación, puedes ver una espléndida puesta de sol: la muerte del sol es poética, ya que las montañas detrás de las cuales cae parecen atraparlo y arrastrarlo lentamente hacia abajo, debajo de ellas, en una cama morada y mantas de estrellas bajo las cuales amarlo durante mucho tiempo. Obviamente, en estos momentos no puedes evitar ver la sensualidad en todas partes... y como para confirmarlo, la respiración profunda, rítmica y cadenciosa que se eleva detrás de ti te empuja a girarte y olvidarte del espectáculo celestial, secuestrando cada onza de tu atención para fijarla en la maravilla que descansa dentro de las paredes de tu hogar.

Inmerso en sus sueños, el gran cuerpo musculoso abandonado en el sofá que ahora se ha convertido en su cama, el rey Leonidas duerme profundamente, completamente ajeno a tu mirada: después de haber agotado su ímpetu al tomarte repetidamente durante toda la noche y gran parte de la mañana, asegurándose de que no quedara un residuo de energía en tus piernas indefensas y en la boca vaciada de cada gemido y suspiro y, al final, haberte envuelto en sus brazos para una larga sesión de mimos y besos, sus energías también disminuyen, y ahora es tu turno de mirar y proteger. Y te encanta hacerlo: oh sí, realmente te encanta mirar a tu amante ardiente cuando está adormilado, la expresión serena en su rostro, su cuerpo relajado, su carne volviéndose más dócil mientras la acaricias y presionas ligeramente, la suavidad de la piel cuando la besas y frotas tu nariz y mejillas contra ella; te da un placer inmenso ver una parte más vulnerable de él, que solo tú conoces y puedes permitirte molestar... además de darte cuenta de que no es tanto, ya que el cuerpo reacciona a cada ligero toque y, por mucho que su mente esté durmiendo, sus manos te buscan y te agarran para apretarte contra su pecho, donde te sostiene firmemente. (N/t: Diosito uno así, no te pido más 😔)

Hoy no habrá excepciones: lo sabes, y es con una repentina sonrisa traviesa que te acercas a Leonidas, apartando el atardecer de su persona para ser la única entidad que lo observa, y te sientas en el borde del sofá sin apartar la mirada de él; esperas un momento y luego comienzas a deslizar una mano por su pierna, acariciando su pantorrilla, rodilla y muslo con tus uñas afiladas, riéndote solo por el ligero cambio en el ritmo de su respiración y las palabras incoherentes y entrecortadas que abandonan sus labios, escapando momentáneamente de las manos que inmediatamente comienzan a buscarte. Sin intención de detenerte, saltas al sofá y te estiras a su lado, dedicándote a molestar su costado y subir lentamente como un animal curioso, tratando de llegar a su pecho.

Esta vez, los dedos del hombre logran detenerte y cerrarse alrededor de tus muñecas, bloqueándolas, mientras murmura algo en un tono más decidido, pero sus ojos aún están cerrados. Sin embargo, tus dedos siguen libres, para que al moverte lentamente puedas levantar las manos lo suficiente como para permitirte acariciar su cabello claro y hundirlas en su barba, rascar ligeramente su barbilla debajo de ella, volver a ocuparte de su cabello pasando por los mechones, todo mientras el cuerpo de Leonidas comienza a temblar, su voz volviéndose cada vez más segura y el sueño más frágil. "Detente, pequeño mosquito, sé que eres tú", de hecho, te murmura de manera amistosa, suspirando y acercándote para abrazarte, "y déjame dormir un poco más." (N/t: este hombre podría llamarme mosca panteonera y no me ofendería)

Frunces el ceño y frunces los labios en un puchero exasperado, luego tocas su nariz con la punta de tu dedo índice. "Pero ¿cómo... un león como mi señor, siempre listo para actuar, piensa en descansar en un momento como este? ¿Y mientras me tiene en sus brazos?"

En este punto, los ojos del rey se abren de par en par, aniquilándote. Una sonrisa astuta se eleva tan graciosamente como la luna en su rostro y se espesa al notar cómo tu expresión cambia por completo y tu boca se queda abierta, el rubor pintando tus mejillas y escalofríos recorriendo tu espina dorsal porque sabes, sabes que fuiste más lejos, exactamente a donde querías ir; y mientras continúa mirándote y te aprieta más contra él, para que su aliento esté ahora directamente en tu garganta, sabes que estás perdido. "Tienes razón", te susurra, besándote en el borde de tus labios, pinchándolos con su barba de la manera que tanto te gusta, "qué grosero soy... arreglémoslo de inmediato."

No dices una palabra, ni siquiera un suspiro escapa de la boca, mientras suelta tus muñecas para agarrarte de las caderas, hacerte girar y colocarte debajo de él: tu vientre presionado contra el sofá, los dedos del rey no pierden tiempo acariciando tus glúteos y arrancándote un gemido sofocado, para luego subir por la espalda en movimientos lentos y hacerte sentir toda la aspereza de las yemas de los dedos en la piel. Estás tan excitado que incluso una bocanada te volvería loco, y él está listo para hacer más que simplemente provocarte; para subrayarlo, el sonido de tu camisa, cuya tela cede bajo el agarre del hombre con un tirón resonante.

"Prepárate, tu león va a cuidar de ti como desees", murmura en tu oído, bajando aún más lo que queda de tu prenda y descubriendo por completo tu espalda, para luego comenzar a dejar un rastro de besos y lamidas lánguidas por cada rincón de ella, desde la nuca hacia abajo, mientras las manos agarran tus pechos y los aprietan con fuerza, haciéndote temblar y dejándote sin aliento. "Y ahora, mi amad@... ¿tendrías la amabilidad de gritar por tu rey?"

 ¿tendrías la amabilidad de gritar por tu rey?"

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Shumatsu no Valkyrie- Headcannons, etc traduccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora