No. 11. Esa no es la vida que elegí

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La gente herida, siente diferente...



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Los otros solo observaron, enraizados en un dolor aplastante que les impedía respirar. Pero Super Rock, tropezante y torpe, solo quería abrazarlo.

Sentir su calidez, ese danzante pulso bajo sus manos, la sangre bombeando bajo esa piel rosada que apenas ayer era más cálida.

No puedes...tu no puedes conocer el alma de una persona y no enamorarte de ella.

Super Rock se inclinó, estiró la mano y la colocó en la cabeza de Cale, con una sonrisa tosca en su boca, como si hubiese olvidado como hacer algo tan sencillo y natural como sonreir, le dolía la cara, su boca temblaba y sus ojos ardían lo suficiente para querer arrancarselos, no recordaba que llorar doliera tanto. "Te quiero mucho, muchacho", susurró, acariciandole el cabello. "Y lamento t-tanto que mueras".

"Yo...", Cale sintió un nudo en la garganta, observando el inmenso dolor en los ojos lloroso de ese hombre tan grande como un oso. "P-Perdón".

Super Rock soltó una risa llorosa, revolviendo juguetonamente el cabello de Cale. "¿Que tan jodido está tu corazón para que pidas perdón cuando te lastiman?", sollozó, apretando los dientes. Y repentinamente se desplomó sobre Cale, luchando por abrazarlo torpemente mientras lloraba. "¿Podemos conocernos en la siguiente vida?", suplicó entre lamentables sollozos, aferrandose a Cale con brusquedad, como si deseara abrirse el pecho y meterlo ahí. "Prometo que te cuidare está vez".

Lo siento tanto, niño. Tenías tanto tiempo antes de nosotros, las manos de Súper empezaban a entumecerse y aún así, luchaba por aferrase a Cale, a darle un último abrazo. Tanto tiempo...







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A medida que el día avanzaba, fueron regresando uno por uno al cuerpo de Cale, observando lo todo el tiempo, con si desearan guardar el recuerdo de su apariencia ahora, cuando aún puede caminar por su cuenta y respirar solo.

Quieren recordarlo...con las mejillas rosadas, los ojos tranquilos y esa sonrisa rara tan bonita que n-no debería doler tanto como lo hace.

Cale no supo darles consuelo.

El agua comiendo al cielo fue la última en volver. Se había aferrado a las piernas de Cale cuando Súper Rock se desvaneció, descansando la cabeza en su regazo, llorando silenciosamente por lo que parecía una eternidad. Arrodillada, presionó fuerte al ver que se quedaba sola.

"...las cosas malas no deberían pasarle a las personas amables", le dijo; su voz es pequeña y ronca, en ella se muestra cuanto le duele, en esa ruptura del tono cuando nota que no puede hacer nada. "Eres una buena persona y te hemos matado", murmuró apretando su agarre en las piernas de Cale. "L-Lo siento tanto".

Las lágrimas humedecen la pijama de Cale, sus piernas arden dónde ella llegó a rasguñarlo sin darse cuenta de lo fuerte que apretaba.

"¿Por qué te disculpas?", preguntó, con un nudo en la garganta, aún recordando la mirada destrozada en los ojos de Súper Rock. "No es tu culpa, rste es el resultado de las desiciones que he tomado".

No me arrepiento de ninguna de ellas.

No me arrepiento de ninguno de ustedes.

Lo hicieron más fácil.

1000 años aún es poco tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora