La siguiente mañana, las actividades de la academia comenzaron como de costumbre.
Un nutritivo desayuno se servía a las 7 a. m. para todos los estudiantes en una sencilla y acogedora cafetería. Siempre había uniformes nuevos, libros recién abiertos y esperanzas en el aire.
Mia tenía su horario en la mano y buscaba su aula con ahínco. Mientras caminaba por los pasillos vio a su primera criatura de la noche. A decir verdad, no tenía nada fuera de lo común como una apariencia vampírica o el aura mágica de las brujas, pero era muy varonil. El único distintivo que tenía era su uniforme: era un hombre lobo y su chaqueta roja lo delataba.
El uniforme común del colegio consistía en un pantalón o falda azules, con una chaqueta y un corbatín negros. Las casas de las criaturas de la noche se diferenciaban por el color, aunque el diseño fuera el mismo. Los lobos tenían la chaqueta roja, los vampiros tenían el uniforme completamente blanco y las brujas mostraban una combinación verde y negro.
Mia vio descaradamente al chico que caminaba por los pasillos saludando a todos por igual con una gran sonrisa en el rostro. Pronto pasó junto a ella y le dirigió un cálido saludo.
—Bienvenida chica linda, ojalá te unas a la casa Stummp.
Mia sintió la cara llena de sudor y tan caliente como para freír un huevo, y no pudo articular una respuesta decente, algo que divirtió mucho al lobo.
—No le hagas caso, le gusta poner nerviosas a todas las alumnas de nuevo ingreso —dijo una humana a sus espaldas, era una chica vivaracha que tenía un botón que decía "ayuda" en su chaqueta.— Me llamo Ericka, estoy aquí para darte la bienvenida y ayudarte en tu proceso de adaptación.
Mia se sintió feliz de que su guía fuera tan amable, presentía que serían amigas inmediatamente.
—Te agradezco, Ericka, yo soy Mia. ¿Quién era ese muchacho?
—Ese era Augusto Stefanoni de la casa Stummp. Es escandaloso, pero inofensivo.
—Es muy popular, ¿es el líder de los licántropos? —Ericka sonrió divertida ante este comentario.
—No lo es. Entiendo que pienses eso, por su aspecto y personalidad, pero cuando veas al verdadero líder te darás una sorpresa. ¿Estás pensando en unirte a su casa?
—¡Dios no! —exclamó Mia—, no podría reunir siquiera el valor de presentarme a la prueba.
Ambas rieron y continuaron caminando.
La verdad es que las pruebas para entrar a la casa Stummp no eran cosa del otro mundo. No tenías que ser invitado, o pertenecer a una familia de renombre o mucho menos comprobar que sangre licántropa corría por tus venas.
No, su proceso era sencillo. Todos los lunes abrían las puertas de la casa para recibir a los posibles reclutas. Algunos alumnos entregaban los requisitos de ingreso, entre los cuales debería estar un certificado de buena salud.
Después iniciaban las pruebas físicas. En este punto más de la mitad de los interesados fallaban, porque, por decirlo de manera simple, "eran brutales".
Los que pasaban estas pruebas deberían enfrentar una prueba de valor, misma que no era conocida por nadie ajeno al clan y quien la enfrentaba pero no pasaba era obligado a tomar una poción borra memoria para proteger el secreto de los lobos.
Si después de esto, el candidato seguía de pie entonces venía la última parte, donde eran mordidos por un miembro de la manada, que se convertiría en su hermano durante toda su vida.
Si se sobrevivía (literalmente) al veneno de los lobos entonces el candidato era aceptado en la casa Stummp. Sin embargo, si el humano mostraba signos de morir por el veneno de lobo, detenían el proceso de transformación con sangre de hada, que funcionaba como un antídoto.
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Noir: Crónicas de la noche
FantasyMía es una estudiante de bachillerato que ha sido transferida a Bellator, una de las mejores instituciones del país la cual es reconocida porque sus egresados se convierten en destacados profesionistas y también porque en sus instalaciones estudian...