Noir: Crónicas de la noche

El festival

Habían pasado dos semanas desde el encuentro de Mia con los vampiros y las brujas. Para Mía, se sentía como un recuerdo distante, y muchas veces se sorprendía a sí misma porque olvidaba algunos detalles del incidente. Se concentró en sus estudios y en sus amigos. Era bastante apreciada en la escuela y por sus compañeros. Incluso se volvió popular, ya que se había unido al consejo estudiantil con Ericka y tenía labores administrativas importantes, como el control de los clubes de Bellator. Y ahora, la organización del festival escolar. No obstante, cada raza era responsable de organizar una parte del festival. Y, por la naturaleza del evento, la mayor parte de la logística solo dependía de los humanos.

El festival era la actividad más humana que todos los alumnos de Bellator podían experimentar, ya que durante dicho evento, estaba prohibido exhibir magia o alguna cualidad sobrenatural. El comité estaba formado por los alumnos más sobresalientes de la escuela, y Mia se sentía en casa. A diferencia de Gabriel, un alumno recién llegado que estaba teniendo problemas ajustándose a Bellator, no solo porque era tímido y le costaba hacer amigos, sino porque le tenía miedo a las criaturas de la noche.

– ¿Por qué te uniste a esta escuela entonces? –le preguntó Ericka en una ocasión mientras trabajaban después de clases organizando el mapa de los puestos de comida para el festival.

– No tuve opción –respondió el joven de cabello castaño y despeinado que usaba unos lentes de pasta. –Mi familia está trabajando en el extranjero y esta es la única escuela con dormitorios. Jamás me hubieran dejado solo en casa. No me tienen tanta confianza.

– ¿Haces fiestas o llevas amigos? -preguntó Mia.

– No –respondió Gabriel algo ruborizado y luego siguió –soy un poco inútil para cuidar de mí. No puedo ni hervir un huevo. La mejor solución que encontraron mis padres fue enviarme a un lugar donde no tuviera acceso a una cocina.

Todos rieron después de eso. Mia se había vuelto cercana a Ericka y Gabriel. Ambos eran parecidos a ella y eso le agradaba. Al día siguiente, el director de la casa "Ilios", es decir, la casa de los humanos, llamó a una reunión urgente del cuerpo estudiantil. Mientras todos estaban formados en el patio central, Herendira se posicionó junto al director. Él muy contento y complacido anunció que para la celebración del festival escolar, la casa Morgana se uniría a los preparativos con el resto de los humanos.

– Todos somos mortales, somos hermanos y hermanas, y por eso trabajaremos juntos para el festival de este año –después pasó el micrófono a Herendira.

– Agradezco a todas y todos los miembros de la casa Ilios. Todas las brujas y brujos de la casa Morgana estarán agradecidos y honrados de trabajar con ustedes en este festival. Como medida de protección, se ha prohibido usar cualquier tipo de magia durante los preparativos o el festival, y aquel alumno que viole esta regla será disciplinado por el comité de las brujas y expulsado del aquelarre. –Luego Herendira realizó un gesto de reverencia que ocasionó que todos los alumnos se emocionaran.

– ¡Vaya que es popular! –dijo Ericka, exasperada.

– Es increíble, –dijo Mia mirando a la bruja con emoción. Y en su corazón deseó poder hablar con ella una vez más.

– Tú también estás embelesada con ella, –comentó Ericka con ironía, luego se dirigió a Gabriel, –¿puedes creerlo, Gabriel?

Pero no obtuvo respuesta de Gabriel. Él se encontraba mirando fijamente a Herendira con la boca abierta y las mejillas rojas. Mia también se dio cuenta de eso y dejó salir una risita burlona. Luego de la reunión, las clases continuaron normalmente. Y por la tarde, todos los alumnos retomaron sus actividades para el festival.

Como fue anunciado, al final del día, las brujas arribaron a Ilios para unirse a los humanos. Mia, Ericka y Gabriel estaban en una aula planeando qué tipo de puesto podría tener el comité organizador. Estaban indecisos entre una estación de crepas o una cafetería. Y entonces llegó Herendira con Remula.