capítulo seís: el baño

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—Vos dijiste algo —Le reclamó el pelirrojo a su amigo una vez que llegaron al baño y se encerraron en uno de los cubículos vacíos. Valentín había tomado a su amigo del buzo del colegio que llevaba puesto y lo arrastró fuera del aula apenas Giay de quinto se retiró a buscar a los otros participantes del acto. —Te pedí que no lo hicieras.

—Primero, si no querés quedar demasiado obvio de que algo podría estar ocurriendo con Giay, lo que tanto lloras. —Valentín golpeó el brazo de Luka sin mucha fuerza. —¡Auch! Yo no dije nada de la campera.

—¡¿Entonces quién?!

—Colito, vos estuviste paseandote con la campera desde que terminó tu reunión del acto. Te advertí que a alguien más se le ocurriría algo así— el pelilargo se cruzó en brazos. —Además, ¿qué tanto problema te hacés? Si no te pasa nada con Giay como para que los rumores sean ciertos.

—Pero no entendés —Sin poder controlarlo Valentín sintió a sus cachetes sonrojarse y su rostro calentarse. —No quiero dejar...

Luka abrió sus ojos de par en par por la realización.—A vos sí te pasa algo, ¡Estás rojito! ¡Te gust...!

—¡Callate!— El colorado tapó la boca de su amigo antes que pudiera terminar la oración. —¡No es cierto!

Luka viró sus ojos.

—Nada que ver. —insistió Valentín soltando a su amigo, pero sin dejar de estar sonrojado.

—¿Desde cuándo te gusta? — preguntó emocionado ignorando las negaciones del pelirrojo.

—Más vale que no sea Veliz, no quiero ejecutar mi plan de contingencia— Escucharon desde afuera y Valentín sintió que se le bajaba la presión deseando que la tierra lo trague en ese momento.

Luka abrió la puerta del cubículo y se encontraron con el de sexto apoyado contra la pared haciendo un puchero con sus labios y la mirada triste, como la de un cachorrito que abandonaron en medio de la lluvia. El baño estaba vacío aunque podían escuchar el barullo de los pasillos.

—Mati, ¿qué hacés acá? —Preguntó con cautela el pelilargo.

—A pintarme las uñas— Contestó el mayor irónico. —A mear, a qué más vendría al baño. —Los dos amigos corrieron la mirada avergonzadas. —Aparte, te vi ingresando así que creí que tenías nueva información sobre cuándo me va a hablar el conejito.

—¿Le pusieron nombre clave? —Preguntó Valentín.

—¿No te habló todavía? —Ignoró la pregunta el pelilargo centrándose en el de sexto que negó con su cabeza.

—¡¿No ves que te estoy diciendo que no?! —Llorisqueó tapando su rostro con sus manos. —Anoche no pude dormir por esperar el mensaje y me niego a dar el primer paso, así no funcionan las cosas.

—Pero ayer le diste tu número...— Acotó el pelirrojo con una ceja alzada.

—Nadie se tardó tanto en hablarme. —Explicó'como si fuera algo obvio.

—Pero fue ayer...

—N-a-d-i-e —dijo Matías mientras tomaba a Valentín de los hombros y lo miraba a los ojos. El pelirrojo se preguntó cómo era posible que detrás de esa cara bonita del de sexto pudiera ser a la vez tan atemorizante.

—Capaz tenés que esperar un poco más —Le propuso Luka a Matías que soltó al pelirrojo para dirigirse a los espejos que estaban garabateados por corrector para arreglarse la campera de la promo.

—¿Y si no le gusto? —Preguntó al reflejo. —No, no es posible eso. —Se giró a ver al par —Yo a todo el mundo le gusto por eso no lo culpo a Giay que inició todos esos rumores y capaz por eso el amigo no se animó. Listo, de seguro se sintió tímido. Tenés razón Luki, debo esperar y quedarme tranquilo.

cordones desatados [gialen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora