Busan, Corea del sur.
Lunes, 5:47 am.
—¡Min Yeonjun!—Exclamó Yoongi desde abajo, sosteniendo los boletos de avión en su mano, y esperando impaciente a su hijo al final de las escaleras mientras golpeaba el suelo levemente con le suela de sus tacones, frustrado.
Bufó subiendo las escaleras en cuanto los minutos siguieron avanzando, sabía que su hijo estaba haciendo las cosas más lentas. Fue lo mejor decisión en cuanto enviarlo a aquel campamento disciplinario.
Esa y divorciarse, por supuesto.
Movió el picaporte de la puerta café de su hijo y la abrió, encontrándose al rosadito durmiendo con la boca abajo plácidamente, envuelto en las sedosas sábanas con personaje de Mario Bros con su cabeza caso colgando al borde de la cama.
Yoongi sonrió y observó el lugar con determinación.
La palabra "Ordenado" no era precisamente la adecuada para describir a su hijo, pero de todas maneras la habitación estaba en buenas condiciones de higiene como Yoongi le gustaba.
Observó a un lado de la ventana y vio dos maletas listas esperando. Se sentó en un pequeño espacio que quedaba en la cama de Yeonjun y acarició su lacio y rosado cabello lentamente, pensando si el otro se vería igual.
Se quedó unos segundos admirando al adolescente, sonriendo al ver los labios rellenitos y bien formados que había heredado de él.
—Siento mucho enviarte a ese lugar, mi pedacito de cielo , pero no me dejaste de otra.—Apretó los labios.—Realmente quiero que cambies tu comportamiento y...
—Lo intentaré, papá.—Murmuró adormilado Yeonjun, sentándose con pereza apoyando su cuerpo en la cabecera de la cama.—¿Es muy tarde?
—No tanto como para alcanzar el avión.—Yoongi besó la frente de su hijo en cuanto esté hizo un puchero pero sonrió ante el acto.
Yoongi se había sorprendido aquél mismo viernes de hace una semana y media atrás cuando le dijo a su hijo que debían hablar sobre algo importante y le comentó sobre el campamento. Pues Yeonjun lo tomó de buena manera y con respectiva madurez, pero ahora mismo el chico se arrepentía por no haber negado y por lo menos amenazar a su padre que si lo enviaba a Japón se abantaría del avión (mentirá que le teme a las alturas).
Yeonjun hizo mohín con sus labios lloriqueando inevitablemente.
No se quejaba por tener que abandonar su casa dos semanas para un campamento disciplinario en otro país en lugar de disfrutar sus merecidas vacaciones de verano, claro que no.
—¿No irás a trabajar hoy?—Preguntó el chico frunciendo el ceño.
Yoongi era renombrado y distinguido experto en diseñador de la famosa y reconocida marca Min'Onoberal de ropa en todo el mundo con solo treinta y cuatro años, teniendo una larga experiencia a lo largo de su vida en su carrera y logrando posicionarse en uno de los más afamados en esa profesión de modas.
—No.
—¿Y el Tío Kookie irá con nosotros?
Jungkook era el Tío "Cool" como él se autodefinía, con esa personalidad divertida y fuck boy que Yeonjun jamás aburriría.
—No.—Yeonjun frunció el ceño.
—¿Por qué? ¿Soy su único sobrino y no me acompaña?
—Se quedará a cargo de la empresa por hoy.—Explicó.
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ː͡➘₊̣̇ 𝐖𝐚𝐲 𝐡𝐨𝐦𝐞【𝐉𝐢𝐧𝐬𝐮】
Fanfiction𝘠𝘦𝘰𝘯𝘫𝘶𝘯 𝘦𝘴 𝘦𝘯𝘷𝘪𝘢𝘣𝘰 𝘢 𝘶𝘯 𝘤𝘢𝘮𝘱𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘥𝘪𝘴𝘤𝘪𝘱𝘭𝘪𝘯𝘢, 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦 𝘢 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘭 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦𝘳 𝘦𝘴 𝘴𝘶 𝘮𝘦𝘭𝘭𝘪𝘻𝘰 𝘦𝘭 𝘤𝘶𝘢𝘭 𝘩𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘭𝘦𝘫𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘦́𝘭 𝘥𝘦�...