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LA MUJER que vio desde lejos apestaba a dinero, es más, hasta podría decir que ese era su perfume.
Scarlett la miró de pies a cabeza, desde sus zapatos altos y su traje elegante, cada una de las joyas que adornaba su cuerpo, el celular último modelo que apretaba en su oído mientras caminaba y una cartera solo lo suficientemente grande para su billetera.
El objetivo perfecto.
Scarlett se deslizó entre la gente mirando su celular como si estuviera enviando el mensaje más importante de su vida, cuando dobló en la esquina de esa cuadra ya tenía una billetera bajo su brazo.
Lo siguiente fue pasar por un supermercado y una librería para llevar lo necesario al monoambiente que alquilaba con su hermana menor.
━━Buenos días Scarlett, ¿cómo estas? ━━le preguntó Yoori, quien estaba en la recepción del edificio.
━━Sobreviviendo ━━ella se encogió de hombros.
━━¿Todavía sin trabajo? ━━Scarlett asintió ya sin ganas de hablar demasiado con el peso de las cosas con las que regresó ━━Sabes que el puesto que te ofrecí sigue libre.
━━Gracias pero no ━━Scarlett subió las escaleras despidiendose tan solo con una leve inclinación de cabeza.
Sabía que Yoori no lo hacía con mala intención, pero ella no estaba tan desesperada como para convertirse en una trabajadora sexual en un club horrible. Era eso o robar, y sinceramente prefería robar. De todos modos ya estaba ahorrando para tratar de invertir ese dinero en algo así Tatiana no tendría que depender de ella por siempre.
Cruzó la puerta de entrada y lo primero que vio fue a su hermana menor jugando con Pom-Pom. En cuanto el felino escuchó el plastico de las bolsas corrió hacia ella.
━━¿Compraste todas estas cosas? ━━le preguntó Tatiana y se acercó para ayudar con las cosas.
━━Solo algunas ━━Scarlett sonrió y sacó de su chaqueta dos libros ━━Ni siquiera notaron cuando salí con este par.
━━¡Gracias, gracias, te amo! ━━exclamó Tatiana tomando los libros con mucha emoción por leerlos.
Scarlett sonrió negando mientras le daba de comer a Pom-Pom y seguía guardando las demas cosas en la heladera.
No tenían una casa lujosa o ropa de marca, pero eran felices.
Bueno realmente Tatiana no era su hermana menor biológica, no compartían ni una pizca de ADN, pero crecieron juntas en un lugar horrible en Rusia, una organización que forzaba a ser fuertes. Scarlett podía lograrlo, pero Tatiana ponía debilmente sus puños en posición de ataque con el rostro empapado en lágrimas. Ella sabía que no quería esa vida para la pequeña pelirroja así que buscó un escape hasta que lo encontró.
