Aclaración: Pablo aquí es un estudiante universitario de Derecho y estamos en este mismo año con los mismos jugadores que actualmente.
Era un sábado por la tarde, el viento soplaba contra su cuerpo y sentía el frío calar-se en sus huesos. Detestaba el invierno, odiaba esa estación, el estaba acostumbrado al calor de su isla y eso para él era una tortura sin piedad alguna. Esperó a que las puertas se abrieran de la cafetería para entrar dentro, donde rápidamente sintió el calor del local inundar-se en su cuerpo, y lo agradecía en ese mismo instante. Rápidamente se puso a la barra a pedir:
-Bienvenido, en que te puedo ayudar?- le pregunto una joven que estaba detrás del mostrador, era de ojos verdes con el pelo rubio largo que lo tenía cogido con una cola pero que le llegaba por medio de la espalda.
-Un cappuchino caliente con un poco de polvo de canela por encime, por favor- la chica asintió y se lo empezó a preparar.
-Serian 2.30 euros si es tan amable- le dijo la chica una vez ya lo tenía listo- Pedri asintió preparado con el móvil para pagar con tarjeta.
Luego le dio las gracias y su mirada se dirigió en todas las mesas, pero cuando dio con esa mesa,se fue hacia ella. Estaba llena de folios y libros esparcidos por toda le mesa, con un cafe solo en la mesa y con él su lindo novio, que aun no se había dado cuenta de que estaba justo delante de él. Estaba tan concentrado en su tarea que no se dio cuenta de nada, y eso para Pedri era simple ternura, ver a su novio en pocas ocasiones con gafas de color marrón como su pelo, es una imagen perfecta, Pedri siempre le vino a la mente como sería que su novio le estuviera haciendo una mamada con esas lindas gafas puestas, sería perfecto, con ese pensamiento se le ruborizaron las mejillas por malos pensamientos.
-Hola amor- dijo Pedri sentándose delante de él esperando pacientemente a que le dijera lo mismo de vuelta
-Pepi hola! Lo siento cuando llevas aquí? Ai perdón ahora recojo todo esto!- dijo Pablo empezando a recoger todo de la mesa para poder poner atención a su novio
-Acabo de aterrizar no te preocupes, como vas?- dijo Pedri dejando su cafe por fin en la mesa
-Bien, bueno un poco agobiado y todo y enfadado a la vez también- dijo Pablo sacando las gafas y guardando todo junto con los apuntes y los libros de la universidad
-Cuéntame, soy todo oídos- le dije
-Se que mañana es el último partido que tendréis en el Camp Nou con el Osasuna antes de su demolición, pero también los dos sabemos que, dentro de dos semanas tengo mis finales antes del paron de Navidad y sabes que no puedo defraudar a nadie, menos al club para mi futuro, y no se que hacer Pepi, yo quiero ir pero el tiempo se me esta echando encima y...
Lo sabía, des de que me enamoré de él siempre ponía por delante de todo y de todo el mundo su carrera, era el número uno en su clase que se estaba sacando con nota de honor la carrera y solo ya estaba en su último año de carrera, era muy inteligente, pero le llegó más presión todavía porque cuando el club estaba muy mal, yo se lo comenté a Pablo una vez y hicimos reunión con Laporta y finalmente nos ayudo mucho en tirar para adelante, Laporta lo quería contactar, pero sabía que le quedaba un año es por ese motivo que, le dijo que cuando se sacara la titulación, no buscara trabajo que trabajaría directo con el club, Eso a mi me llenaba de orgullo, ya que trabajaremos en el mismo edificio, en distinta área pero nos podremos ver muy a menudo. Pero era una responsabilidad muy grande y eso a Pablo le pasaba factura cuando tenía los exámenes a la vuelta de la esquina. Nunca antes había podido decir no en venir a ver-me pero creo que es lo mejor.
-Cariño, creo que lo mejor es que no vengas mañana
-Pero Pepi yo quiero ir... yo...
-No pasa nada porque faltes solo un partido sin venir, además se la presión que tienes en tus espaldas ya me podrás ver en la televisión y ya vendré a verte el día siguiente ya que voy acabar tarde porque quieren hacer un memorándum en honor al campo y no quiero molestar-te porque se que estarás estudiando.