𝑀𝓎 𝒹𝒶𝒹𝒹𝓎 {Tom Kaulitz}

Prefacio.

Volvía a sentir el aire entrando en mis pulmones haciéndome respirar profundamente mientras miraba las pantallas frente a mis ojos.

No puedo creer que lo logré.

Emocionada aplaudí sonriendo totalmente satisfecha luego de ver por terminado el desfile de hoy.

Cerré los ojos unos segundos llevando mis manos hacia mi cuello, masajeándolo suavemente para liberar algo de la tensión acumulada gracias a estos últimos días sin dormir.

La realidad detrás de una pasarela es todo menos sencillo, pero al menos este primer día ya había pasado con éxito.

— Felicidades Liv, todo salió a la perfección como lo teníamos previsto —Me felicitó uno de los organizadores del evento quien permanecía de pie junto a mi— Para ser tu primera vez, no hubo ningún inconveniente como suele haberlos —.

Asentí encantada con su reacción pero la realidad era que todo el tiempo estuve muy nerviosa y aunque pudieron salir mal muchas cosas fue todo lo contrario.

— Se lo agradezco mucho, sigo sin creer que mis diseños hayan llegado tan lejos —Sonreí con nostalgia evitando que se me saliera una lágrima delante de él— Es como un sueño para mi estar aquí —.

— Bueno los sueños siempre se pueden volver realidad cuando uno quiere y lo lograste Liv, sé que tú madre estaría muy orgullosa de ti —.

El nudo en mi garganta comenzó a hacerse presente cada vez mas fuerte lo que me impidió guardar silencio unos segundos para no soltarme a llorar, me limité a sonreír como respuesta y me excuse diciendo que iría al baño.

La verdad que me había esforzado tanto en este proyecto que se sentía una satisfacción enorme ver que todo iba de maravilla.

Quien lo diría que justo ahora me encontraba en Paris luego de ver modelar mis diseños.

Todo esto era una locura.

— ¿Olivia? —.

Me giré encontrándome con un hombre de traje parado frente a mi.

— Mmmm si, soy yo —Contesté mirándolo confundida, la verdad nunca lo había visto antes —.

— Que tal, soy Vincent Dupont —Me extendió la mano a la vez que se acercaba unos cuantos pasos más— Hablé contigo por teléfono hace unas semanas para la autorización del evento, ¿recuerdas? —.

— Si si claro, mucho gusto —Sonreí estrechando mi mano con la suya—.

— El gusto es mío, Olivia —.

Por un momento la voz de Tom llamándome Olivia me retumbó en la cabeza, la verdad nadie además de él me decía así y ya me había acostumbrado a eso, por lo que escuchar a otro hombre decirme así me ponía nerviosa.

— Quería felicitarte personalmente por tu trabajo, me ha encantado ver tus diseños desfilar en la pasarela —Sonrió trayéndome de vuelta a la realidad—.

— Muchas gracias señor Dupont, me alegra que le haya gustado —.

— Por favor tutéame, no me hagas sentir más viejo —Soltó una pequeña risa provocando que yo también riera junto a él— Solo dime Vincent —.

— De acuerdo —Sonreí apenada ya que este hombre era alguien importante en esta industria y por obvias razones me convenía mantener una buena relación con él—.

— Me encantaría que me acompañaras a almorzar un día, tienes mucho potencial y quisiera conocerte mejor ¿qué dices? —.

Sentí como mi estómago se revolvió haciendo que me quedase callada por unos momentos mientras pensaba mi respuesta.