19.

909 73 22
                                    

Cuando desperté esta mañana lo único que lograba sentir eran nervios, esa sensación de cosquilleo en el estómago se repetía cada que transcurrían los minutos porque sabía que esta noche mi vida cambiaría.

No había podido dormir muy bien de solo pensar en las palabras que Tom dijo, retumbando en mi cabeza eran las culpables de mi insomnio.

Aunque me mantuve firme y me di mi lugar rechazándolo, no puedo negar que me dolió ver la desesperación y tristeza en su rostro cuando se fue.

Quería pedirle que se quedara hasta que Vincent regresara del bar y así poder hablar para dar por concluida nuestra historia pero el coraje se apoderó de mi y terminé poniendo una barrera entre nosotros impidiendo que me atravesara.

Pero ahora estando aquí de pie frente al hombre que me hace feliz, toda esa angustia se desvaneció y fue remplazada por felicidad.

Me sentía orgullosa de haber tomado la decisión correcta, esto es lo que tanto anhelaba de niña y por fin lo logré.

Sonriente lo miré y asentí respondiendo con toda la seguridad del mundo a la pregunta del sacerdote.

— Si, acepto —.

Vincent mantenía su mirada sobre la mía y con eso bastaba para que el resto pareciera desaparecer.

— Yo los declaro, marido y mujer —Dijo en voz alta y firme— Ya puedes besar a la novia —.

Sin dudarlo dos veces me tomó de la cintura atrayéndome hacia su pecho para luego levantar mi barbilla y besarme de una forma sutil pero tierna.

No puedo creer que en verdad estoy viviendo esta experiencia.

Los aplausos rápido se fueron haciendo más fuertes y caminando de la mano por el pasillo dimos por concluida la ceremonia.

La familia de Vincent llenaba casi por completo la iglesia ya que todos habían volado desde Paris y aunque no conocía a la mayoría me habían hecho sentir de la familia en solo minutos de conversación.

Ali había sido por supuesto la niña de las flores y tenía un vestido blanco muy parecido al mío pero en miniatura.

La boutique donde pedí mi vestido se encargó de hacerlo a la medida de Ali para que estuviéramos similares y que ella se sintiera igual de hermosa con su vestido.

Toda mi familia estaba presente acompañándome en este día tan especial y de solo ver esas miradas viéndome con orgullo y alegría me provocaba un nudo en la garganta.

Mi abuela había dejado un espacio junto a ella en memoria de mi madre a quien me hubiera encantado ver aquí celebrando conmigo el día de mi boda.

Y aunque pasaron tantas cosas de las que me arrepentí haber hecho luego de su fallecimiento, la extraño cada día.

— ¿Estás bien, cielo? —.

La voz de Vincent me hizo sobresaltar.

Me miraba atento con preocupación mientras su mano acariciaba la parte baja de mi espalda.

Fruncí el ceño confundida y llevándome las manos al rostro entendí a qué se refería.

Estaba tan sumergida en mis sentimientos que ni siquiera me había percatado de las lágrimas brotando por mis ojos.

— Oh Dios —Me limpié con cuidado y sonreí avergonzada— Espero no haber arruinado mi maquillaje —.

— No lo hiciste —Dijo mirándome tranquilo— ¿Está todo bien? —.

— Si cariño, solo me acordé de mi madre y... —El nudo en mi garganta me impidió terminar la frase— La extraño —.

No dudó en darme un pequeño abrazo y luego de besar mi sien volvió a tomar mi mano para así salir a la parte delantera.

𝑀𝓎 𝒹𝒶𝒹𝒹𝓎 {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora