28.

591 43 19
                                    

Narra Tom

Llevaba más de dos horas intentando concentrarme en lo que tenía frente a mis ojos pero era inútil, no podía dejar de pensar en que en unos cuantos días estaría de nuevo en trámites de la custodia.

Todo el tema era demasiado estresante para mí y eso me afectaba a nivel profesional más de lo que llegué a pensar.

Robert me había mencionado que tendría mucho más trabajo las próximas tres semanas por un proyecto nuevo así que eso sumándole lo que ya llevaba pendiente daba como resultado un caos.

Me froté las cienes con la esperanza de poder hacer desaparecer el estrés un poco, funcionó por unos cuantos segundos hasta que fui interrumpido.

— ¿Cómo va esa mano Kaulitz? —.

Levanté la cabeza encontrándome con Daniel parado en el marco de la puerta, vistiendo el típico traje color azul marino que solía llevar a diario.

— ¿Qué haces aquí? —Bufé dejando caer la pluma sobre el escritorio—.

Me irrité al instante de solo recordar el día que llegó y me vio golpeando la pared con la mano, luego de eso tuve que contarle todo en el camino al hospital para trata de justificar mi comportamiento.

Y con todo me refiero a literalmente todo, solté la sopa desde mi divorcio con Kim hasta lo mío con Olivia.

Como buen amigo me dijo que era un idiotez lo poco hombre que fui en esos días con las personas a mi alrededor y aunque quiera negarlo sé que tiene razón, no me porté a como debería haberlo hecho dando como consecuencia la situación en la que estoy viviendo.

Miré por un segundo mi mano notando como los nudillos de esta apenas comenzaban a sanar pero aún dolían lo suficiente para provocarme dolor de cabeza por las noches.

— No me digas que sigues molesto —Se burló caminando hacia una de las sillas— Ya pasaron días desde que te vi —.

Rodando los ojos me levanté de la silla para servirme agua en uno de esos conos de papel que solía haber en las oficinas.

De re ojo vi como se sentaba cómodamente y cruzaba las manos por detrás de la cabeza.

— No tengo tiempo para charlar Daniel, estoy con mil cosas ahora mismo —Dije suspirando con fastidio—.

— Si ya lo sé, Robert me dijo que seguías trabajando en el mismo diseño desde la semana pasada —Dijo acomodándose en la silla esta vez colocando las manos cruzadas sobre el escritorio— Y está bien, no vine aquí para presionarte Tom —.

— ¿Entonces que es lo que quieres? —.

Me sentí mal por hablarle tan golpeado pero en serio no estaba bien en cuanto a mis sentimientos y el enojo salía por sí solo de mi boca, ya había insultado a un par de compañeros por la mañana a causa de lo mismo.

Bebí por completo el agua mientras caminaba hacia el escritorio tomando un par de apuntes que necesitaba para unos nuevos diseños pero tenía tanto trabajo retrasado que me dedicaría a hacerlos en casa.

— Te tengo una noticia que te puede interesar pero por el humor que tienes no creo que la merezcas —.

Arrogante.

— De qué se trata —Respondí de mala gana sintiendo un odio hacia él por ser tan egocéntrico—.

— Es sobre la custodia de tu hijo —Sonrió mirándome fijamente sin pestañear— Resulta que un muy buen amigo mío es uno de los mejores abogados que hay aquí en Washington, le platiqué tu situación y estará encantado de ayudarte en el caso —.

𝑀𝓎 𝒹𝒶𝒹𝒹𝓎 {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora