10.

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— Entonces ese tipo Tom... —Tragué saliva mirando hacia otro lado— Se ve que se llevaron muy bien —.

Voltee de reojo un segundo viendo como asentía sin despegar su vista de la carretera.

— De hecho, es un tipo muy agradable —.

Agradable no sería la palabra que yo usaría.

Asentí en respuesta pero no conforme esperé unos segundos para volver a hablar.

— Nunca lo habías mencionado ¿es nuevo en la empresa? —Pregunté casualmente como si me importara menos—.

No había podido dejar de pensar en eso durante toda la cena.

Todo lo que pasaba por mi cabeza era la imagen de Tom de pie frente a mi, usando ropa formal y su cabello peinado hacia atrás en lo que parecía un nudo improvisado, bastante sexy para ser sincera.

Y esa manera casi indiferente en la que me miraba me hacía sentir un vacío que no lograba comprender.

Llevaba muchísimo tiempo sin sentirme así.

Solamente el podía hacer que me sintiera de esa forma.

— Algo así, justamente lo contraté hoy luego de charlar con él un rato —Respondió tranquilamente mientras pasaba una de sus manos a mi muslo izquierdo, dejándolo descansar en este— En su curriculum decía que fue modelo por varios años y me pareció buena opción tener en el equipo a alguien que conoce bien la industria del modelaje ya que como ya sabes, prácticamente nos dedicamos a organizar todo este tipo de eventos —.

Grandioso.

Ahora resulta que contratarlo es lo mejor que le pasó a la empresa.

— Me alegro cariño —Sonreí a duras penas posicionando mi mano sobre la suya—.

Ya quiero que lleguemos a casa para poder tener un momento a solas y sacar todo lo innecesario de mi mente.

— Incluso mencionó algo que me pareció interesante —Dijo doblando en una esquina para entrar justo en nuestra calle—.

— ¿Qué cosa? —.

— Que trabajó para tú madre hace años —.

No pude evitar voltear en su dirección de la forma más exagerada posible por la sorpresa de sus palabras.

Dios mío, ¿ahora que digo?

Maldita sea la hora en la que Tom puso un pie en ese edificio. 

— ¿En serio? —Tragué saliva pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja—.

— Ajá —Dijo volteando conmigo por unos segundos haciéndome sentir más nerviosa aún— ¿Qué pasa? —.

— Nada —Me apresuré en decir regalándole una sonrisa— Solo trataba de recordar si lo había visto antes pero creo que no —.

Sonrió sin mirarme y subió mi mano hasta su rostro deja do un beso suave.

El resto del camino estuvimos callados solo con el sonido de nuestras respiraciones lo cual agradecí enormemente.

No quería seguir hablando de Tom con el aunque a la vez quisiera saber más de qué tanto se dijeron esta tarde, pero era mejor dejar las cosas así.

Claro que no me encanta la idea de que Tom trabajara para Vincent de ahora en adelante, eso solo complicaba más las cosas ya que tendría que verlo más seguido aunque no quisiera.

Ahora es parte de mi vida de nuevo, pero no de la manera en que quiero.

Solo de pensar en Vincent y Tom juntos me daban ganas de vomitar, simplemente era demasiado para mi.

𝑀𝓎 𝒹𝒶𝒹𝒹𝓎 {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora