TREINTA Y CUATRO

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Era el día que volverían a Corea, todos tenían sus maletas listas, estaban emocionados, algunos con dolor de estómago por los nervios.



— Mi amor, calma, así no podrás subir al avión...



Yeosang estaba preocupado, de la noche anterior que su novio estaba enfermo, no sabía si por los nervios de volver o porque algo le hizo mal.



— Si podré bebé, solo dejame respirar un poco, son los nervios...



Seonghwa respiraba profundo, de verdad su estómago lo estaba matando, volver a donde todo empezó lo tenía nervioso.



— Te haré un té de manzanilla, esperame.



El rubio volvió a acostarse en la cama, miraba el techo y veía todo dar vueltas, cerró los ojos y trató de respirar lento.

Yeosang bajó corriendo las escaleras y fue rápido a la cocina, ahí se encontraba Yunho, que estaba esperando que calentara el agua.



— ¿Alcanzará para una taza más?.



— Yo creo que sí, ¿Seonghwa está nervioso igual? Mingi no pudo dormir anoche, me tuvo cantándole hasta que se durmiera... y no pasó.



Yeosang rió y asintió, le daba mucha gracia la pareja de Mingi y Yunho, eran tan distintos, supongo que eso hacía que se complementaran bien.



— Aún no puedo creer que tu y Mingi... tengan algo, me dejó impactado, pero siento que se harán bien.



— Yo tampoco puedo creerlo la verdad.



Yeosang volvió a reírse, el chico alto puso una cara de aflijido, ya estaba encarcelado a Mingi, no podía escapar y para peor, el solito se había encarcelado.



— ¡YUNHO HYUNG! ME ESTOY MURIENDOOOOOOOO, MI TEEEEEEE, PORFAAAAAA!.



Escucharon a Mingi gritar como si se estuviera muriendo, Yunho rodó los ojos y cuando el agua estaba lista rápidamente hizo el té.



— La princesa está llamando, debo irme.



Dijo Yunho riendo, ya hasta le daba risa toda la situación irreal, subió rápido las escaleras dejando a Yeosang muerto de risa.

Preparó el té con cuidado, se fijó que no estuviera tan caliente y subió despacio las escaleras, no quería caerse o botar al té.

Al llegar a la habitación vió a su novio con los brazos estirados, respirando profundo y contando hasta diez.



— Traje tu té mi amor.



Con una linda sonrisa dejó el té en el velador y ayudó al mayor a sentarse.



— Agradéceme que no soy un bebé y no ando gritando como Mingi.



Si, todos lo escucharon.

Ambos se rieron y con cuidado, Yeosang ayudó al rubio a tomar su té, le acarició la mejilla y le dio un beso en los labios.



— Que contradictorio, dices que no eres un bebé, pero aquí estoy dándote de tomar el té.



Ya era hora de irse, todos estaban afuera de la casa con sus maletas en mano, el avión había llegado, por suerte el espacio era tan grande que entraba perfecto en el lugar.

Subieron las maletas, entre otras cosas, se demoraron unos minutos en elegir su asiento, Seonghwa se aseguró de saber donde estaba el baño, se sentía fatal.



— Yo me siento aquí, es lo más cercano al baño.



El rubio si que lo estaba pasando mal, Yeosang se sentó a su lado y besó su cabeza, tomó su mano y empezó a acariciarla.



— Ya vas a ver que va a pasar el tiempo rápido, tienes que dormir, duerme todo el viaje bebé.



Iba a tratar, la verdad es que dudaba poder quedarse dormido, si no pudo dormir anoche, menos ahora.

No le costó nada, una vez el avión se puso en marcha, Seonghwa se quedó dormido, tan dormido que hasta roncaba, para suerte de los demás, se había sentado al fondo y no se escuchaba.

Wooyoung y San iban sentados juntos, abrazados, los dos iban felices y tranquilos, eran nuevos novios disfrutando de la vida.

En cambio Yunho y Mingi...



— Me voy a morir en el vuelo, lo sé, te serviría, para librarte de mi...



— No digas estupideces Mingi, yo ya estoy condenado a ti, ni aunque quisiera alejarme podría, estoy adicto a tus besos.



— Por primera vez no te diré que me beses, porque de verdad quiero vomitar.



Yunho hizo un gesto de asco, pero aún así se acercó a darle un beso rápido al menor, entendía que estaba enfermo y que el viaje iba a ser horrible.

Horrible para ambos, Yunho iba a tener que escuchar todas las quejas del menor durante las seis horas de vuelo.

Llevaban ya tres horas y la mitad del grupo estaba durmiendo, el Woosan, Seonghwa y Mingi dormían como nunca, ni las turbulencias del avión los despertaban.

Yunho y Hongjoong conversaban de la vida, hace mucho que no tenían tiempo juntos, se extrañaban y se notaba que tenían mucho de que hablar.

Jongho por su parte jugaba en su nintendo, otro más que fue retado por Hong, al llevar una consola en medio del desastre.

Yeosang, él miraba por la ventana, le gustaba la vista desde alturas, estar encima de las nubes lo hacía sentir genial, a lo lejos se veían casas, diminutas casas, estaba divertido mirando hacia fuera.



Cuando ya quedaba solo media hora de vuelo, Seonghwa se había despertado para ir corriendo al baño, no soportó, pero por lo menos alcanzó a llegar, Yeosang estaba afuera esperando a su novio.

Hongjoong estaba organizando todo para cuando llegaran a su casa, había mucho que hacer, lo principal, preparar la cena, iban todos muertos de hambre.

Mingi por suerte ya se sentía mejor, claramente estaba mal porque no durmió ni un minuto la noche anterior, dormir esas horas en el avión lo revivieron.

Cuando llegaron a Seúl todos miraban por la ventana, se emocionaron al no ver fuego, ni protestas, ni humo... ni carteles, de verdad estaba todo mejor.

Recién en ese momento se tranquilizaron de que enserio iban a estar a salvo y poder hacer su vida otra vez.

𝚃𝚑𝚎 𝚛𝚒𝚜𝚔 𝚘𝚏 𝚕𝚘𝚟𝚎 | Woosan/SeongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora