Among The Cobwebs [Bbangsaz]

13; unpleasant surprises

Minji notaba un extraño aire de normalidad en el colegio, algo que le inquietaba. No veía señales de William ni de sus hombres, ni siquiera de Jeno, lo cual le generaba una gran preocupación.

Sin embargo, eso no era lo único. Varias desapariciones habían sido notificadas desde el incidente en el comedor, algo que le daba una mala espina aún mayor. A pesar de querer investigar, Minji sabía que meterse en ese asunto le traería problemas.

Minji se encontraba con Hanni, sentadas en una de las bancas del patio, compartiendo su merienda. 

— Min, no has comido nada. — dijo Hanni preocupada, sosteniendo su lonchera.

Minji negó con la cabeza. — No tengo hambre... 

Hanni tomó un camarón frito con sus palillos y lo extendió hacia Minji. — Di "aaah".

— No soy una niña, Hanni. — Minji alzó las cejas ante el gesto de Hanni.

— Cállate y come un poco. — ordenó, con un puchero.

Minji se rindió y abrió la boca, aceptando el bocado. ¡Estaba delicioso! 

— Esto está increíble. ¿Puedo...? — preguntó señalando otro camarón.

Hanni asintió con entusiasmo. — La chef preparó un menú japonés hoy y puso un montón de camarones fritos. — acercó sus palillos y su lonchera hacia Minji, quien comenzó a comer con entusiasmo. Si seguía así, iba a dejar a Hanni sin merienda.

— Eres muy linda, ¿lo sabías? — elogió Hanni, colocando su mano sobre la de Minji.

Minji se ruborizó, desviando la mirada. Tragó con dificultad, rascándose la cabeza, avergonzada. — No lo creo...

— Sí, lo eres. Mucho. — Hanni apartó su lonchera y, con ambas manos, tomó suavemente el rostro de Minji, volteándolo hacia ella. — Si te lo digo es porque es verdad, acepta la realidad. — susurró Hanni, acercando su rostro hasta rozar apenas los labios de Minji.

Minji la miró nerviosa. — Nos pueden ver...

— No me importa lo que diga ese tipo rubio, él no puede hacerme nada. — aclaró Hanni antes de juntar sus labios con los de Minji, buscando su correspondencia.

Minji cedió por un momento antes de separarse. — Está bien, pero no quiero meternos en problemas.

— ¡Minji! — la voz de Danielle resonó a lo lejos, interrumpiendo el momento íntimo entre ambas chicas. Se separaron rápidamente cuando la australiana se acercó.— Minji necesito tu ayuda, por favor. — pidió, visiblemente exhausta.

La mayor percibió la seriedad en la solicitud de ayuda, pues Danielle no solía mostrarse de esa manera. Se levantó de inmediato y se aproximó a su mejor amiga.

— Esa gente... — jadeó Danielle entre respiraciones entrecortadas. — Se llevaron a Haerin...

Minji y Hanni se sorprendieron, esta última mostrando preocupación en su rostro.

— ¿Qué pasó, Danielle? ¡Por favor, explícate! — pidió Hanni, angustiada.

— Estaba con Haerin, hablando normalmente, cuando llegó un sujeto y dijo que habíamos roto una regla y se la llevó a "detención", pero ni siquiera especificó cuál... Intenté detenerlo, pero me amenazó con llevarme también... — explicó Danielle.