19; life goes on

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Dos años después.


El rayo del sol se filtró por la ventana, iluminando el rostro adormilado de Minji, quien se movió ligeramente, encontrando el cuerpo cálido de alguien a su lado. Con una sonrisa, se giró para abrazar a su compañera.


— Despertaste. —dijo aquella voz suave a su lado. — Es tarde.

— Quiero seguir durmiendo. —afirmó Minji, enterrando su rostro en el cabello de su pareja y disfrutando de su aroma a champú.


Hanni sonrió y se volteó hacia Minji, dejando un suave beso en sus labios. — Tienes que trabajar.

Minji gruñó ligeramente al soltar a Hanni y se sentó en la cama. Frotó sus ojos somnolientos, estiró los brazos y finalmente bostezó, apartando la manta y poniéndose en pie para comenzar el día.

— ¿A qué hora tienes que ir a la universidad? —preguntó Minji mientras se dirigía hacia su armario para buscar su uniforme.

Hanni bostezó y se incorporó, recostándose para mirar a su novia. — Dentro de dos horas.

— ¿Quieres que te vaya a dejar a tu casa? —propuso Minji, tomando su uniforme y su toalla.

— No te preocupes, puedo pedirle al chofer que venga a recogerme —respondió la menor con una sonrisa. — Oh, hoy es 7 de julio —mencionó, observando el calendario pegado al escritorio de Minji.

Minji también dirigió su mirada hacia el calendario. Ese día marcaba un año desde que comenzó su relación con Hanni, y lo recordaba perfectamente. Sin embargo, tenía una sorpresa preparada para la menor.


Con una sonrisa, se acercó a la puerta y se dirigió al baño para ducharse.

Mientras tanto, Hanni se quedó sola en la habitación y se estiró al levantarse. Al mirar hacia el armario de Minji, notó un traje que le resultaba familiar, despertando su curiosidad.

Hanni reconoció el traje de héroe de Minji. Estaba impregnado con su esencia y mostraba claros signos de daños por los enfrentamientos previos. Minji había dejado de usar sus poderes durante unos meses para dedicarse por completo a Hanni, pero luego retomó su labor, esta vez asistiendo a personas en peligro en las calles de la ciudad.

Recordó con cariño las ocasiones en las que Minji regresaba herida y ella tenía que cuidar de ella. A pesar de que ahora la mayor tenía un trabajo que le ocupaba, lo cual dificultaba su capacidad para ayudar a las personas en peligro, Hanni notaba que Minji ya no recaía en depresiones como antes. Era más bien un "qué hubiera pasado si...", y aunque a veces se frustraba por no poder intervenir, Minji había encontrado un equilibrio que le permitía aceptar las limitaciones de su situación actual.

Hanni se sentía orgullosa al ver cómo Minji había avanzado. Aunque había aspectos que aún podían mejorar, la mayor había evolucionado notablemente desde la chica tímida e insegura que había conocido.


Quince minutos después, Minji salió del baño vistiendo su uniforme y con el cabello todavía ligeramente húmedo.

— Te ves bien. — comentó Hanni, echándole un vistazo de arriba abajo. — Ven, te secaré el cabello.

Minji asintió y se acercó al borde de la cama. Hanni tomó el secador, lo enchufó y comenzó a peinar y secar el cabello liso de Minji con cuidado.

— Si hago las entregas rápido, podré salir temprano del trabajo. — comentó Minji, planificando su jornada laboral. — ¿Qué harás tú cuando salgas de la universidad?

Among The Cobwebs [Bbangsaz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora