21; painful revelations

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Minji se balanceaba inquieta en la silla del escritorio de Danielle, abrumada por el aburrimiento. Desde que la joven pareja había salido de casa, todo parecía haber perdido su brillo. Además, la lentitud de la computadora de Dani era desesperante para ella. Cada página tardaba una eternidad en cargar, y Minji no podía evitar preguntarse cómo hacía la australiana para usar ese ordenador.

No es que en su casa tuviera un supercomputador, pero al menos era rápido y resistente, capaz de manejar varias tareas a la vez.

Se levantó de la silla con un suspiro y salió de la habitación en busca de algo para comer en la cocina. Al abrir el refrigerador, se encontró solo con frutas y verduras, lo cual no estimuló en absoluto su apetito. Con un gesto de resignación, cerró la puerta del refrigerador y regresó a la habitación.

Decidió tomar prestado uno de los suéteres oversized que le había regalado a Danielle en su cumpleaños, era reconfortante y acogedor apenas para salir en estos días fríos y de lluvia. 

Caminó hacia la puerta con tal de ir a la tienda más cercana, pero se detuvo al escuchar pasos fuera de la puerta. Un escalofrío recorrió su espalda, ¿habrían descubierto su presencia? Aunque habían pasado días y todo parecía tranquilo, la incertidumbre se apoderó de Minji en ese instante.

Pero sintió cómo su preocupación se desvanecía un poco al escuchar una respiración suave y familiar. ¿Danielle había regresado? Abrió la puerta con curiosidad.


— ¿Minji?

Hanni pronunció su nombre, su voz reflejaba una mezcla de sorpresa y desconcierto al ver a Minji en la casa de Danielle.

— Oh, hola... —respondió Minji, su voz ligeramente nerviosa mientras intentaba encontrar una explicación coherente para la situación inesperada.


— ¿Qué haces aquí? — preguntó Hanni desconcertada.

— Era el único lugar donde podía esconderme. — respondió Minji en voz baja. — Además, está lejos de la ciudad, así que no hay mucho peligro.

Hanni asintió y se acercó para abrazar a Minji. — Me alegra verte de nuevo... Te he extrañado mucho.

Minji envolvió a Hanni y le dio un beso en la frente. — No quería que te pusieras en peligro. Moriría antes que permitirlo.

La más joven sonrió y se puso de puntillas para darle un beso a su novia.


Minji se relamió los labios. — ¿Me acompañas a la tienda de la esquina? Estoy muriendo de hambre.

— ¿No has comido? — preguntó la menor.

— Danielle solo come verduras. No me gustan. — Minji se quejó mientras cerraba la puerta detrás de ellas.

— Son buenas para la salud, deberías comerlas más seguido. — Hanni rió suavemente, entrelazando su mano con la de Minji.

La mayor negó con la cabeza con una sonrisa, y ambas se encaminaron hacia la tienda.


Minji compró varios snacks, sopas instantáneas y refrescos en la tienda, además de un yogurt de banana que sabía que a Hanni le gustaba. Después de pagar, regresaron al apartamento de Danielle.

— Vas a perder tu buena figura si solo comes comida chatarra. — comentó Hanni, bromeando un poco.

— No, de alguna manera, por más que coma, sigo igual. De hecho, suelo tener mucho apetito, pero me controlo, porque de lo contrario dejaría la despensa vacía. — explicó Minji mientras soplaba los fideos de su ramen para que se enfriaran un poco.

Among The Cobwebs [Bbangsaz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora