Comfort...

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No había manera de evitar esta conversación, debía de pasar sí o sí.

Estaban en una cafetería, frente a frente. Quackity se había pedido un vaso de agua, y Roier nada.

Se encontraron allí para conversar bien las cosas. Roier más que nada quería explicarle a su amigo que él no había "soltado la sopa" sobre lo de la fiesta, pero en cambio Quackity había ido con todas las intenciones de culpar al castaño sobre el termino de su relación.

– Y dime, querido "amigo". – Hace énfasis en la palabra amigo mientras que movía sus dedos en alusión a las comillas. Roier suspiro ante este gesto. – ¿Por qué decidiste terminar mi relación de esa forma? ¿Celos? ¿O acaso querías a Wilbur para ti? No te hagas, ¡noté como lo mirabas cuando se los presenté!

Ante el repentino cambio de volumen, Roier se pone un poco nervioso de que los del local los echaran. Dió una profunda respiración, miró a su amigo y pensó bien sus palabras para no alterarlo más.

– Quackity, yo no le dije a nadie sobre lo de Luzu, ¿qué ganaría con eso?

– A Wilbur.

– Yo no quiero a Wilbur, tú mismo sabes que me gusta otro, y ya estoy casi en una relación con él. – El de gorro pone los ojos en blanco con fastidio al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.

El castaño se dió cuenta de que esta discusión no iría a ningún lado. El que se haya cruzado de brazos era una clara señal de que estaba cerrado a cualquiera de sus palabras, también conocía a Quackity y sabía lo obstinado que era.

Quizás por eso sería un gran abogado.

– Claro, todos sabemos que eres medio zorra para tus cosas, ¿por qué alguien como tú no querría dos al mismo tiempo? – Escupe con claro odio y disgusto. El castaño abre los ojos con sorpresa ante sus palabras.

– ¿Así piensas de mí, Quackity?... – Su ánimo se ve bajoneado. Él consideraba al pelinegro como uno de sus amigos más cercanos, su confidente y compañero de aventuras.

– Ay, ni empieces a chillar haciéndote la víctima, y sólo dime la verdad, ¿por qué le dijiste eso a Wilbur? 

De repente la tristeza se esfumó, y fue reemplazada por la molestia y decepción.

– ¿Y cómo estás tan seguro que se lo dije yo? ¿Acaso él te lo dijo? – Pregunta Roier. Él no le había dicho nada a Wilbur, si ni siquiera sabía qué era lo que estudiaba como para ir a su edificio de carrera y andar de chismoso, menos tendría su número.

– No, pero tú fuiste el único que se enteró esa noche, ¡Tú fuiste el único que nos vió! 

– ¿Y si alguien más te vio entrar al baño con él? ¿No pensaste en eso?, ¿Y si el mismo Luzu le dijo a Wilbur? Porque tú sabes que él aún está super obsesionado contigo, ¿por qué me culpas únicamente a mí? – Si bien estaba molesto con su amigo, muy dentro también estaba triste. Nadie quisiera estar en una situación así con alguien que fue tan preciado en tu vida.

Quackity se quedó en silencio ante sus palabras, y titubeó un poco antes de volver a hablar.

– Yo estoy seguro que fuiste tú, y me vale verga lo que digas. Eres un traidor que sólo piensa en sí mismo. – Se paró con furia del asiento, pero antes de irse, tomó el vaso que anteriormente se había pedido y le tiró el agua al castaño directo al rostro.

Las personas en la cafetería miraron con confusión e intriga la escena. El pelinegro salió furioso del lugar, mientras que el castaño se quedó ahí sentado, limpiándose con una servilleta el agua de la cara.

Tradúceme, corazón - GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora