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– ¿Y por qué hizo la fiesta tan de repente?
– Solamente se le ocurrió, aunque entre nos... He did it to impress Vegeta. – Revela Jaiden mientras que arreglaba su fleco en uno de los espejos de la sala.
Todos se encontraban en el apartamento de los castaños para ir a la fiesta. Ya era una costumbre que el punto de encuentro fuera el hogar de esos dos.
En ese momento estaban Rivers, Aldo y Mariana, aunque también vendrían los amigos de Cellbit junto al mencionado.
– ¿Y por qué tengo que ir yo también? – Pregunta bajoneado Mariana al mismo tiempo que jugaba con un cojín del sofá en el que estaba sentado. No tenía muchas ganas de volver a ir a la gran casa de su ex.
– Porque tú tienes auto, y porque una fiesta sin ti no sería lo mismo. – Le responde Roier que iba saliendo de su habitación, ya que aún se estaba probando unos atuendos.
Cuando llegó, la atención de todos fue hacía él y no pudieron evitar quedarse boquiabiertos, después de todo su outfit no era para nada simple.
– ¿Qué? – Pregunta como si nada. Llevaba puestos unos pantalones de cuerina, acompañados con una muy delgada y transparente camisa azul.
– Bueno pero, ¿tú estás pendejo o qué? Te vas a morir de frío así, Roier. – Le regaña Rivers.
– Fue lo único que encontré, así que silencio. – Suspira mientras que se veía en el espejo junto a Jaiden. Él tampoco estaba muy convencido de la camisa, pero de verdad no había encontrado nada más.
– ¿Y qué hay de esa polera ajustada que te regalé? La que tiene un diseño bonito de carreras. – Jaiden lo mira por el espejo, siguiendo con el trabajo de su fleco.
– ¿No estaba sucia?
– What? No, la lavé hace dos días.
– ¿En serio? Entonces me pondré esa. – Dice feliz, por lo que volvió a su habitación para buscar la dichosa polera y ponérsela.
Mientras tanto, el timbre sonó.
– Yo voy. – Aldo se levanta de la mesa, y es que estaba comiendo algo antes de ir a la fiesta, para así no emborracharse tan rápido.
Cuando abrió la puerta se encontró con Cellbit, Pac y Mike, así que los dejó entrar.
– ¿Y Roier? – Pregunta Cellbit antes de siquiera saludar, cosa que hace reír a la mayoría.
– Hola, Cellbit. Sí, yo estoy bien, gracias por preguntar, espero tú también estés bien. ¿Y Roier? Ah, en su habitación. – Lo molesta Aldo por lo directo que fue al entrar, dejando en claro por quién había ido. Le dió una palmada en la espalda y se hizo a un lado para finalmente dejarlo entrar junto a los demás.
Cellbir rió ante esto, pero aún así fue directo hacía la habitación de su castaño, saludando por encima a los que estaban en la sala.
– Oigan, ¿y su amigo ese rubio de trenza? – Cuestiona Rivers al no verlo entrar.
– Tuvo una emergencia en Brasil así que tuvo que volver, pero al menos nos dejó su camioneta. – Responde Pac, levantando las llaves del Chevrolet con una amplia sonrisa.
En tanto, Cellbit tocó la puerta de Roier, quien le abrió con una amplia sonrisa y lo dejó entrar. Cuando el rubio entró, no pudo evitar ver al castaño de pies a cabeza, sonriendo por lo bonito que se veía.
– Te ves bonito, siempre lo haces. – Dice al mismo tiempo que se acercaba lo suficiente para abrazarlo por la cintura.
– Gracias, Jaiden me salvó con la polera, ya que no la encontraba. – Roier ríe feliz por la cercanía, y no duda en abrazarlo por los hombros. – Tú también te ves muy guapo.
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Tradúceme, corazón - Guapoduo
Hayran KurguRoier está en segundo año de universidad, acaba de terminar su primera relación más duradera y teme de que su futura pareja tenga las mismas características físicas que su ex. -Only cubitos. -No habrá escenas explícitas. -Si esto llega a algún strea...