Capítulo XXXVI - Compromiso

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MARIA JOSÉ CAMPOS

FLASHBACK

Casadas. No puedo creer qué lo hicimos, al fin. Estamos casadas— la emoción en sus palabras era evidente. La sonrisa en su rostro y el brillo en sus ojos expresaba en Daniela lo feliz qué sé encontraba ahora.

Estamos casadas. Y yo tampoco podía creer aún qué realmente lo hicimos. Siento qué es una locura, pero es algo qué me hace sentir bien, a pesar de estar tan jóvenes, sé qué Daniela es la persona con la qué quiero estar y aunque tal vez me este precipitando demasiado, no me importa decir qué ella es la persona con quién quiero pasar toda mi vida. Y qué esté es tan sólo el comienzo de una vida juntas, por siempre.

—Te amo— dije sintiendolo tan real y de la manera más natural esas dos palabras salieron de mi boca mientras la veía fijamente, quería qué lo supiera, quiero qué ella logré sentir todo lo qué el sólo hecho de tenerla cercas provoca en mí

Era la primera vez qué lo decía. La amo y quiero qué lo sienta.

Los ojos brillosos de Daniela recorrieron mi rostro, sentí su respiro profundo y antes de qué pudiera formular una palabra me acerque a ella y la bese.

No le he dicho qué la amo con la intención de qué ella también lo diga ahora mismo. Quiero qué en el momento en qué ella decida decir que me ama también lo haga cuando lo sienta cómo lo acabo de sentir yo. Sé lo mucho qué Daniela me quiere, estoy segura también de qué no soy la única que lo siente, qué todo esta siendo mutuo, pero prefiero esperar quizás un poco de tiempo más para escuchar de su voz decir qué me ama.

Nos acabamos de casar hace 2 horas atrás. Y aún siento los nervios por todo mi cuerpo por llegar a pensar en un instante en qué no lograríamos hacerlo. Qué en cualquier momento en al abuelo de Daniela iba a llegar tratando de evitar qué lo hiciéramos, pero para nuestra buena suerte no sucedió así. Logramos casarnos y ahora aquí estamos en nuestro lugar seguro, nuestro refugio. Y aún me sorprende qué a pesar de qué el Sr. Marcus puede sospechar de qué nos reunimos aquí, qué estoy segura que lo hace; sigue respetando los límites de este espacio y no se atreve a venir aquí, quizás eso es lo qué me hace sentir un poco más segura el continuar viendonos aquí, aunque no descartó la posibilidad de qué en cualquier momento él pueda aparecer por aquí, no descartó esa realidad. Pero por el momento no quiero preocuparme por ello.

Me aparto del cuerpo de Daniela y me incorporó caminando hacía un pequeño mueble dónde se encuentra una pequeña bocina la cuál conecto a mi celular, busco entre la lista de reproducción una canción y colocó Dandelions, regreso de nuevo hacía Daniela y extiendo mi mano para ella y nos pocisiono en el centro del espacio.

Tal vez no hemos tenido la boda soñada, la mejor fiesta o una ceremonia memorable— comienzo hablar mientras uno mi cuerpo con el de ella y comenzamos a movernos al ritmo de la canción —Pero quiero qué tengamos un recuerdo lindo de este día—

—Me gusta ir coleccionadando recuerdos a tu lado— me dice Daniela uniendo su frente contra la mía —Y lo siento, por presionarte y apresurarnos a casarnos— murmura mientras yo negó ligeramente con mi cabeza —Se qué ha sido todo tan precipitado pero...—

—Lo ha sido, pero ahora eres mi esposa y yo soy la tuya— le digo interrumpiendo un poco —Y aunque por ahora sea sólo un secreto de ambas, quiero decirte aquí mismo qué un día, espero qué dentro de unos años; esperando sea pronto, pueda darte una boda cómo lo mereces y sueñas— Daniela pasa sus brazos por mis hombros colocandolos alrededor de mi cuello

—Tendremos nuestra boda soñada mi amor— responde ella dándome un beso corto

—Prometo estar contigo siempre Daniela, no sólo en los buenos momentos haciéndote sonreír, por qué me encanta verte así de contenta; si no qué también prometo estar presente en tus momentos de debilidad, en apoyarte en los días malos qué nos toque pasar, pero sobre todo prometo estar para ti siempre a tu lado en cada paso qué demos juntas por nosotras, por esto qué sentimos y por lo qué sabemos qué nos espera por vivir—

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