"En un mundo donde la bondad se extingue con el tiempo, no conoceremos persona más noble que tú. En tierras santas te encuentras, esperamos hayas finalizado tu viaje con virtud y lealtad a nuestro señor".
—Ese fue el último relato sobre ti, uno donde se te glorifico similar a una deidad. — el joven de rizos nevados tomo asiento junto a la tumba, era un lugar desolado, se podía oír el sonido de la brisa chocando con las ramas secas de los árboles antiguos que rodeaban el lugar. —Acaban de irse tus compañeros de trabajo, eran raros, no paraban de mencionar lo orgullosa que estabas de tener un hijo como yo, bueno principalmente de tu hija, parece que nunca llegaste a contarles las razones por las que no era tu orgullo.
Se levantó sacudiendo su vestimenta extravagante —Cierto, traje algo para ti — de su bolsillo saco una rosa de pétalos negros, estaba totalmente marchita —No conseguí traer algo que te sea más semejante, no creas que no pensé en excremento, no quería ofender al animal que lo produjese comparando su creación contigo. — coloco la rosa en la tumba y antes de irse la piso con fuerza —Adiós.
La vida y la muerte hicieron presencia —¡¡MIRA!! ¡Ese es el chico! — mirando con ilusión a la muerte —En un par de minutos debería de comenzar todo, aunque no veo indicios de algo catastrófico si te soy sincera.
La muerte revisó su reloj de bolsillo y plasmo su palma en su rostro al descubrir el error —Nos envíe mucho antes que suceda el desastre, tendremos que esperar, no entiendo qué ha estado pasando con mis poderes, siento como si fallaran sin razón.
—Bueno, sí, eso es raro, ¡pero no tenemos que preocuparnos de eso por ahora! — intentando animar a la calavera —Esperaremos un poco y todo dará inicio, ¿qué tal si seguimos al chico?
Asintió sin mucha resistencia, no tenía nada mejor que hacer. Reflexiono al admirar tumbas sin fin en aquel frío lugar —Vida, ¿no te parece esto lo suficiente deplorable?
—¿Por qué lo dices? — caminando lentamente hacia un árbol muerto del lugar.
—Los humanos durante toda su vida conocen centenares de personas, forjan relaciones fuertes y duraderas que los unen como a ninguna otra especie, aun así, el día en que estas personas especiales mueren no son capaces de sufrir su muerte como tal.
La vida estaba expectante, ¿los humanos no sufrían la muerte de sus seres amados? Si es que no era alguna clase de acertijo típico de su compañera, no tenía idea de a que se refería. —Tan típico de ti, sacándome escalofríos con tus reflexiones. Aunque no logro entender por qué dices esto, personalmente hemos tenido que asistir a millares de entierros y en cada uno los humanos sufren sus pérdidas.
—No te equivocas, de hecho, no podrías haberlo dicho mejor. Sufren sus pérdidas, no la muerte que se encuentra detrás. Sus lágrimas y dolor son el reflejo de su tristeza al no poseer a esta persona nunca más, sus reacciones no serían diferentes si se les dijese que jamás verán de nuevo a alguien por más vivo que se encuentre. Sueños y esperanzas mueren con ellos, a quienes siguen con vida solo les importara su propio dolor, y esto para mí los vuelve egoístas.
A la vida le pareció interesante, ahora ella quería dar su propia perspectiva, tomando una rama antigua apuntando al árbol mayor, esta le ordeno sanar y este lentamente comenzó a hacerlo.
—Si quieres verlo de esa forma, en efecto no te equivocas, si deseas mirarlo como yo estarás equivocada. Los humanos sufren la perdida, no la muerte, y en eso tienes razón, pero al decir que sus sueños y esperanzas mueren junto a ellos te equivocas, durante siglos existen quienes pueden dejar su legado, dejar una perspectiva al mundo o tan solo dejar tal presencia que serán recordados por generaciones. — levanto sus brazos como si transmitiese su energía al árbol —Este árbol lleva aquí cientos de años, es más antiguo que cualquier humano que actualmente pise la tierra, y aun así sigue intacto. La humanidad sufre el duelo, pero luego de este es capaz de recordar y en ese momento es donde veneran la vida de quienes se fueron.
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In The Sky Portal
Ficção CientíficaCuando los humanos dejan de creer en los dioses, desatan su propia condena. Ante la disputa entre vida y muerte sobre el destino de la humanidad, deciden llevarla al borde de la extinción. Sin embargo, un giro inesperado desencadena un cataclismo di...