—¡Aaahhhh!...—Grité reincorporándome de golpe en la cama. El corazón me galopaba en el pecho, tenía el recuerdo de su voz y el significado de aquellas palabras fresco en mi mente.
Pero ¿Qué hacía allí? No estaba en Lakewood. Ya no...
Estaba en la lujosa habitación de un hotel, vestida con un impresionante y carísimo traje de noche de color verde esmeralda. Tenía el cabello suelto y un desgarrón en las medias. Miré hacia la elegante mesilla de noche y allí descansaban unos carísimos y sencillos aretes de diamantes. Sobre el pecho, yo llevaba el colgante de un águila labrada en plata con la inicial: A, grabada en él entre minúsculos rubíes.
¿Cómo había llegado aquello a mi poder?
Pero lo peor era que no tenía ni idea de qué hacía allí, ni tampoco sabía dónde estaba.
—Oh...mi cabeza...—Gemí, dolía.
Todo me daba vueltas. Tenía el estómago revuelto, la luz de la mañana me molestaba y mi boca apestaba a destilería.
Como pude me levanté, fui hasta el lavabo, me miré en el espejo y pude comprobar que tenía un aspecto horrible.
Mi pálida cara tenía restos de maquillaje, la máscara de pestañas estaba corrida y se me había pegado en los párpados del ojo izquierdo, mis cabellos parecían haber cobrado vida propia y para colmo de males la situación no mejoraba porque sentí una punzada en el estómago, me sobrevinieron las náuseas y vomité en el inodoro. Amargo, desagradable, me quemaba la campanilla. Restos de alcohol, sin duda. Asqueroso.
Era evidente que había ido de fiesta pero no me acordaba de nada. Sólo las imágenes de Lakewood se mantenían nítidas en mi cabeza. Pero ¿Había sido un sueño?
¿Y si él, también había sido un sueño? ¡Había sido tan real! ¿Y desde cuándo me podía permitir vestirme de aquella manera?
Me sentía desorientada, ridícula...pero también desolada. Le echaba de menos...y ni si quiera sabía sí ese hombre estaba en mi vida.
Mis amigas no estaban mucho mejor. Las encontré dormidas en el enorme sofá cama de la suite, vestidas también con estupendos trajes de noche y dormían apaciblemente. No pude evitar reírme por lo bajo. Aunque no recordara nada, esperaba que la fiesta hubiese sido divertida. Me puse a buscar mi bolso, necesitaba un analgésico para el dolor de cabeza.
Miré hacia la mesa de hermoso mármol de la suite doble y lo descubrí encima. Después los vi a ellos.
Mis amigos: Archie y Stear también parecían haberse pasado con las copas. Dormían sobre la alfombra despanzurrados. Esperaba que también ellos hubiesen disfrutado. Stear roncaba abrazado a un cojín de color fucsia y murmuraba palabras de amor por Patty que me hicieron sonreír. Por otro lado, Archie tenía su cara y hermosa camisa desabotonada y por fuera del pantalón. Roncaba a pleno pulmón y me tapé la boca para evitar que mis carcajadas los sacasen de su dulce sopor.
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Ven a mí... [Parte I]
FanficCandice Etwih es una enfermera recién diplomada sin trabajo que recibe el extraño encargo de cuidar de un viejo en un caserón a las afueras de Chicago. La paga es generosa y decide aceptar el empleo...pero las cosas no son lo que parecen. Pronto emp...