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JungKook estaba cerrando el consultorio

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JungKook estaba cerrando el consultorio.

Llamó a TaeHyung para verse en ese restaurante de comida china que querían probar.

Esta vez sí llegaría.

Se esforzó a sí mismo para crear un discurso convincente acerca de cómo no estaba desarrollando sentimientos hacia él.

Acerca de cómo no adora su risa, sus ojos azules y la forma en que le encuentra el lado positivo a todo.

Un discurso que oculta que el alfa sonríe inconscientemente cuando piensa en el omega.

En que posiblemente no era muy expresivo y era extremadamente seco en algunas ocasiones, pero estar con TaeHyung lo hacía sentir feliz, TaeHyung no lo juzgaba porque no era el tipo de persona que sonríe demasiado o el tipo de persona que expresa con palabras su emoción.

TaeHyung era solamente su amigo.

Ese amigo que lo hace sonreír inconscientemente cuando piensa en su suave cabello, que su alfa cae rendido a sus pies cuando percibe su aroma, o simplemente el omega que lo hace preocuparse cuando esté se cae por sus pequeños pies torpes.

JungKook llegó al restaurante.

La lluvia comenzó hace unos minutos y por la ventana del local pudo ver a TaeHyung.

TaeHyung y su lindo cabello castaño y carita delicada.

Su rostro estaba tranquilo.

TaeHyung casi siempre —o siempre— tenía una sonrisa brillante en su rostro que demostraba quién era como persona.

— Demonios... — JungKook presionó su cara contra el volante.

¿Qué tal si TaeHyung toma mal su discurso?

Tal vez puede posponerlo.

Le gusta la relación que tiene con TaeHyung.

Son amigos solamente, pero el omega está con él casi todo el tiempo y el alfa está feliz con el hecho de que no hay compromisos.

Puede pasar todo el tiempo con TaeHyung, escuchando las cosas que pasan por la mente de TaeHyung y con un TaeHyung atento escuchándolo todo el tiempo.

El alfa llegó junto a la mesa de TaeHyung y se sentó en la mesa frente al omega que estaba perdido en sus pensamientos.

— Hola, Tae — el alfa sonrió un poco.

TaeHyung volvió a la realidad y vio el rostro de JungKook.

Suspiró.

— Hola, Kook — el omega susurró — Tengo algo que decirte.

JungKook se percató del ramo de flores junto a TaeHyung.

¿TaeHyung le trajo flores?

Sonrió enternecido.

TaeHyung a veces le daba pequeños regalos.

JungKook también, pero usualmente eran chocolates o postres.

TaeHyung suspiró nervioso.

TaeHyung se veía nervioso.

JungKook frunció el ceño un poco.

— Yo también tengo algo que decirte.

TaeHyung asintió.

— ¿Quieres decirlo tú primero?

JungKook negó muchas veces.

No quiere que su cita comience así.

TaeHyung sonrió nervioso y acarició entre sus manos la servilleta de papel frente a él.

— Tengo un trabajo importante fuera del país — TaeHyung sonrió débil.

JungKook sonrió emocionado.

TaeHyung era un consultor de arte para el museo de la ciudad de Londres.

TaeHyung es un excelente pintor.

JungKook es el mayor admirador de TaeHyung.

— ¡Eso es fantástico, TaeHyung! — JungKook tomó la mano de TaeHyung.

TaeHyung sonrió emocionado.

— Iré a New York por unos meses — el omega sonrió emocionado por un segundo, pero después vio a JungKook — Extrañaré mucho...

JungKook alejó su mano de la de TaeHyung.

— ¿Por cuántos meses? — el alfa tartamudeó un poco.

— Seis u ocho meses — el omega vio a JungKook — Seis u ocho meses sin vernos.

TaeHyung le dio las flores a JungKook.

JungKook solo pudo ver las flores en ese momento.

Jazmines.

Seis u ocho meses sin ver a TaeHyung.

De un momento a otro el discurso que tenía en su mente se destruyó.

Él reconoce que extrañará mucho a TaeHyung.

Extrañaba demasiado a TaeHyung.

— Podremos hacer llamadas todas las noches — el alfa reconfortó al omega, que sonrió triste.

JungKook suspiró viendo a TaeHyung.

Sus lindos ojitos azules y su piel acanelada.

TaeHyung es hermoso...

— Te extrañaré mucho, Kook — el omega hizo una mueca — Prométeme que no dejarás de ser mi amigo...

JungKook le sonrió débil a TaeHyung.

— Yo también te extrañaré mucho, TaeHyung — JungKook tomó la mano de TaeHyung arriba de la mesa — Y prometo que te llamaré todas las noches para escuchar tu dulce voz y, además, seré quien te recoja del aeropuerto en cuanto vuelvas.

TaeHyung sonrió y asintió feliz.

La noche pasó normal.

Por dos horas olvidaron que TaeHyung se iría por más de seis meses y disfrutaron de su compañía.

JungKook adoraba pasar tiempo con TaeHyung.

Cute vet ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora