Capítulo 4. Retorcido juego

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Sin delicadeza la puerta de mi habitación es abierta y lo que supongo son los "GM" entran cinco de ellos sin previo aviso, tomando me bruscos e iniciando el mismo procedimiento de la última vez.

Sedarme.

Está vez fuí un poco más astuta y antes de que acabarán la inyección. La cual detalle eran 10cc los que me administraban, cuando iban por los 5cc me hice la dormida y mi deducción fue acertada retiraron la jeringa de mi cuello.

Aunque eso no quitaba que aún me sentía entumecida y algo mareada.

Sujetada por ambos brazos me llevaban a rastras, como si de una muñeca se tratará. Luego escuché a uno de ellos hablar.

—Custodien el perímetro. Está sedada pero no podemos confiar mucho en eso, el efecto de la droga puede pasarle rápido y si eso llegara a suceder estaríamos muertos en un parpadeo.

¡Qué decepción!

Pensaba que éstos misteriosos guardias denominados "GM". Por su físico y contextura serían rudos, fuertes e intimidantes; resulta que son todo lo contrario, miedosos, igual de cobardes que los que custodian mi habitación.

Iban apresurados. Agudizo mi oído intentando descifrar por dónde pasamos, pero es inútil. Llevo el tiempo en mi mente y pasa media hora cuando nos detenemos.

Escucho el chirrido de una puerta abrirse. Luego soy colocada de forma recta en una superficie plana, fría y levemente inclinada, siento como me amarran con fuerza desde la cabeza hasta los pies. Y colocan algo pegajoso en varias partes de mi cuerpo y cabeza.

¿Qué diablos?

Se supone que debo estar esposada de manos y pies a una silla, no amarrada al estilo Christian Grey.

Bueno... Tal vez exageré un poco, no me amarraron de esa forma sino como lo harían con una camisa de fuerza pero en todo el cuerpo.

Dejo pasar varios minutos para no levantar sospechas.

Abro mis ojos y veo borroso. Al estabilizarme no puedo evitar el asombro, a solo treinta centímetros de distancia estaba frente a mi el doctor Bennett. Vestido de la misma forma que la otra vez solo que está vez llevaba una camisa color vino, resaltando sus enigmáticos ojos esmeralda.

Llevaba una pequeña linterna en sus manos, supongo que estaba revisando mis pupilas.

Espero que no me descubra, y se halla dado cuenta que mis pupilas no están totalmente dilatadas.

—Eidda, buenos días— me dice, amable y sonriente.

Su aptitud me causa mala espina, él nunca es ni amable ni sonriente.

—¿Qué tienen de buenos?— enarco una ceja.

Creo que su amabilidad llega hasta aquí, porque exhala de forma sonora tal vez buscando paciencia dónde no la tiene.

—En nuestra última sesión no hubo progresos, ni colaboración de su parte. Me ví en la obligación de reunirme con el consejo directivo y se tomó está decisión— me señala y no entiendo a qué se refiere.

—Deberías dejar las respuestas ambiguas para los idiotas de tú consejo directivo.

Suspira.

—Mis disculpas— expresó con ironía —Según la decisión unánime del consejo serás sometida a la TEC (Terapia electroconvulsiva), esté es un procedimiento del electroshock, mediante electrodos colocados en el hemisferio izquierdo y derecho de la cabeza, provocando la descarga masiva de neurotransmisores. Serán un total de 10 electroshocks—.

Estoy impactada y lo puedo evitar ponerme nerviosa.

—Recuerdo que la última vez que nos vimos, le dije que necesitaba su colaboración para hacer de las sesiones más cómodas, ignorantes mis advertencias, así que éste es tú castigo, buena suerte Eidda— salió de la habitación y se situó detrás de una pared que tenía una especie de ventana de vidrio, la cual conectaba ambas habitaciones y podíamos vernos claramente.

Me sonrió y al leer sus labios dijo comiencen el procedimiento.

Instantáneamente la primera descarga fue enviada, electrificando cada parte de mi cuerpo dándome espasmos de manera involuntaria. Sin darme tiempo de asimilar otra llegó a mi sistema y así fue que pasaron una tras otra de manera simultánea.

Dos minutos más tarde llegó la décima descarga, él todavía seguía con su mirada puesta sobre mí. Y antes de caer en la inconsciencia ladee la cabeza con dificultad y sonreí de manera macabra.

No tienes ni la menor idea de en qué retorcido juego te acabas de incluir.

Espero no me defraudes...

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Nota de la autora: Volví con mucha intensidad no?

Por el amor a los macarrones Eidda ¿Estás bien? ¿Te moriste? Ay no puede ser ¡RESISTE AMIGA! ¡APENAS VAN 5 CAPITULOS Y YA TE NOS QUIERES IR!

#RevivamosAEidda #EiddaNoMueras

El Declan como que nos puso medio turbio y macabro con la pobre.

Wattpaders no se olviden de votar y comentar, lo apreciaría mucho, porque sino revivo a Eidda nadas más pa' que los mandé derechito al infierno. Na' mentira es broma.

Besitos oscuros.🖤

Tres Veces ArderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora