Las ansias.
La euforia.
La adrenalina.
Sentir tanto se vuelve indescifrable, incluso podría decirse que es como la leña que avivaba las llamas, esas que por tanto tiempo estuvieron dormidas en mi interior. A cada segundo ardían y se volvían más intensas.
En el primer momento que mis ojos volvieron a ver a esas personas después de haber pasado tanto tiempo, me volví analítica, más fría y obsesiva, pensando todas las probabilidades y desventajas que está situación traía consigo. Y sí, eran un 90% desventajas y no es necesario decir que eran el otro 10%. Pero conmigo al mando y una buena estrategia ese 10% es más que suficiente para lo que tenía planeado.
—¿Van a seguir con su jueguito de miradas o ya nos vamos?— nos preguntó con diversión la persona que había entrado primero a mi habitación. Tomando nuestro silencio como un sí, se giró y atravesó la puerta.
—Tienes razón no hay tiempo que perder— al mencionar eso sonó un golpe seco y nos asomamos rápidamente. Lo que ví en el pasillo me dejó asombrada una vez más.
La persona que había entrado a mi habitación de primera intentaba cargar a un Darian inconsciente.
—Pero que mierdas...— exclamó la otra persona detrás de mí —¡Carajo, eso no era parte del plan!— finalizó señalando frenéticamente la situación.
Mientras que quién sostenía a Darian, sonreía encontrando divertida la actitud de su acompañante.
—Y porque no empezamos por la parte donde me cuentan su infalible plan— les dije sarcásticamente.
—En resumen, debemos estar fuera de está institución en los próximos 40 minutos, sino queremos ser tres internados en vez de uno— me respondió quién estaba detrás de mí colocándose a mi lado mientras veía su reloj.
—¿Y cómo pretenden salir de aquí, si cada pasillo debe estar infestado de esos inútiles guardias gracias a la alarma que sonó?— les pregunto.
—Por favor Eddy, no hicimos todo esto sin tener varios planes de contingencia— me responde quién sostiene a Darian —Solo debes confiar, nada ni nadie va a impedir que te saquemos de éste nido de ratas asquerosas— termina diciendo y su rostro se vuelve sombrío.
La persona a mi lado sonríe, camina hacía ellos tomando a Darian por un brazo y me mira.
—Está bien, pero antes debemos hacer unas cuantas paradas rápidas. No puedo irme de Rednight sin antes despedirme.
Cruzamos nuestras miradas y un brillo de complicidad se instaló en nuestros ojos.
Empezamos a caminar rápido por los blancos pasillos del internado encontrandolos vacíos, yo iba adelante porque era quién sabía hacía donde íbamos.
Una vez frente a la desagradable puerta gris, me llené de felicidad al derribarla de una fuerte patada, logrando destruirla en el proceso. Adentro de está una persona se encontraba revisando con desespero unas gavetas.
—¿A dónde tan apurada Livana?
Se sobresaltó al escucharme volteando lentamente, cuando lo hizo sus ojos se abrieron y empezó a temblar. No pude evitar la sonrisa endemoniada que surgió de mis labios.
Huele exquisito, podría decir que hasta es mi olor favorito... El miedo.
—No pensaba irme sin antes pasar por aquí, es lo mínimo que puedo hacer por la persona que más se preocupó por mí.
Antes de dar un paso hacía ella soy detenida. Y a los segundos tengo una pistola Beretta 92 en mis manos.
Volteo con rapidez apuntando a Livana con ella.
—¡Bang!— exclama repentinamente la persona que dejó inconsciente a Darian, para luego estallar en risas.
—Está que se caga en los pantalones, que divertido, pero solo nos quedan 30 minutos— dice con fastidio la otra persona que sujeta a Darian.
Le quitan la emoción al momento, tan aguafiestas como siempre.
—Ya qué... ¿Algo que decir?— le pregunto con frialdad.
Mira hacía donde tienen a Darian y veo además del temor, duda en ella.
—¿Qu-qu-qué harán con él— tartamudea con nerviosismo.
Que patética es hasta en sus últimos minutos de vida.
—Eso no te importa. Ahora... ¿Recuerdame cuántos meses fué que estuve aquí, diez, once?— le pregunto pero no la dejo hablar así que continuo —¡Cierto fueron doce! Eso quiere decir que mi regalo de despedida para tí son doce balas— no tiene escapatoria, se desploma en el piso a la espera de su innegable final.
Si actitud ya me está hartando y no tengo tiempo que perder.
—Bueno, no fue un gusto conocerte así que muere.
Disparo desde sus piernas y continuo el barrido por todo su cuerpo. Ya estaba muerta pero aún así seguí disparando, hasta finalizar impactando la última bala en su cabeza. Un bonito agujero que debió tener desde hace mucho tiempo.
—¡Al fin! Solo espero que la otra visita sea más rápida que está— con fastidio dice una de las personas que cargan a Darian.
—Si, si, ya vámonos— respondí rodando los ojos.
Seguimos recorriendo los extensos pasillos del Rednight. Lo más extraño es que ninguno estaba custodiado por guardias, vacíos, así se encontraban todos los que pasamos. Hasta que por fin llegamos a nuestro último destino, el consultorio de cierto psiquiatra que ansiaba ver. Pero para mí mala suerte no se encontraba ahí.
¿Ahora dónde te metiste Declan?
No teníamos tiempo como para invertirlo en buscar a Declan, así que les dije que ya no era necesario seguir en Rednight. Y me contaron que la forma en la que íbamos a escapar era por mar.
¿Mar? ¿Cómo qué mar? Se estarán preguntando. Resulta que está prisión, perdón “internado” está situada en una isla en medio de la nada y la única forma de ingresar a el es por medio de lanchas, custodiadas obviamente por los guardias, solo estás tienen permitido el acceso al Rednight y cualquier movimiento marítimo extraño es interceptado.
Sin embargo, estás personas que vinieron a buscarme son más listas que todo el equipo de Rednight junto, burlar su seguridad es como robarle una paleta a un bebé.
Vamos bajando por unas escaleras y me detengo unos segundos para ver lo que dice al final de estás.
«Ala B»
Nunca había estado en está ala así que debíamos ser cuidadosos. Sin saber que nos esperaba seguimos adelante. Era exactamente igual a las otras alas solo que aquí habían muchas ventanas, las puertas se encontraban abiertas y todo parecía desordenado, los que estaban aquí salieron bastante apurados, me imagino que por la alarma. Por las ventanas se veían espacios grandes con muchas mesas y sillas, además de habitaciones normales amobladas.
Íbamos pasando por una habitación cuando escuchamos un pequeño, casi imperceptible sonido salir de ahí. La persona que dejó inconsciente a Darian era la más impulsiva y sin darnos ninguna explicación ya estaba corriendo hacía dentro de ésta, cuando entramos nos encontramos con una inesperada persona.
¿Declan?
___________________________________Nota de la autora: A partir de éste capítulo las cosas se ponen buenas...
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Tres Veces Arderas
Storie d'amoreLos lazos de sangre pueden contener verdades oscuras y antecedentes peligrosos. Dejando caos y desgracias a su paso, pero te advierto, no te cruces en su camino porque será tu fin. Pero... ¿Qué pasa cuando estás en el momento y lugar equivocado?