Capítulo 11. Interrupciones no deseadas

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Dedicado a 2personasaki


Me acerque a él de manera en que nuestros labios se rozaban.

—Ya veo, pero es inevitable, porque suelo gustarle a todos— murmuro de manera seductora.

—A mi no.— responde indiferente, desviando la mirada.

Oh vamos, no digas cosas que ni tú mismo te crees; contribuyes para que mi obsesión por tí crezca.

Iba a responderle cuando escuchamos unos toques en la puerta.

—Bennett, ¿Aún sigues ocupado con Ed?— dice Darian, desde el otro lado de la puerta.

—Si Brais, ahora vete— le responde él con molestia.

Ésto se va a poner interesante.

—Pero es que falta poco para...

-Ya largate— le corta, con su característica poca paciencia.

¿Ustedes huelen eso? Porque yo sí, huele a celos.

Vuelve a poner su atención en mí, le sonrío malisiosa y de manera abrupta estampa sus labios en los míos.

Estaba en shock, eso no me lo esperaba, al reaccionar le devolví el beso volviendo lo más intenso. Nuestras bocas se movían en total sincronía como si hubieran sido hechas para que encajen perfectamente. Nuestro beso no es como cualquiera, es una constante guerra de poder entre nosotros y ninguno estaba dispuesto a ceder a eso.

Mierda, si es que hasta besa como los mismísimo angeles del infierno.

Sentí que una de sus manos se poso en mi nuca para acercarme más a él, aunque ya no había ni un centímetro que nos separara. Y la otra la colocó en mi cintura provocando que le diera rienda suelta a mis instintos más oscuros.

En un segundo ya estábamos en el sofá, él debajo de mí y yo sentada a horcadas sobre él, todo eso sin parar de besarnos. Busque el borde de su camisa para levantarlo y meter mis manos deslizandolas por su trabajado abdomen. Bennett no se quedó atrás y también metió sus manos dentro de mi camisa para tener mayor acceso a mi cintura, ejerciendo bastante presión al acariciar me.

Eso dejará unas lindas marcas, demonios, éste hombre si sabe cómo encontrar mis puntos débiles.

Ay no, ay no, si seguimos así no podré detenerme ¡Debemos parar!

Abandoné sus labios, para lamer, chupar y besar su cuello, al mismo tiempo desabotonaba su camisa, para descender mis besos húmedos a su torso dejando un rastro de marcas a su paso.

Ahora sí entiendo cuando esas bobas decían la frase, me calienta más que el sol de verano. Esa estúpida frase tiene toda la jodida razón.

En estos momentos solo eramos nosotros dos, sin importarnos el sitio donde estábamos y lo que estábamos haciendo. Nos dejamos llevar por nuestros deseos, hasta que escuchamos como tocan nuevamente la puerta.

Malditos toques, maldita sea ¿Quién está interrumpiendo? No se podían esperar un rato más.

—Bennett ya es la hora del almuerzo.

Jodido momento en el que decides volver a aparecer Darian, te ganaste un oscar por lo insoportable que eres.

Regreso a sus labios besándolo de manera rápida y me separo no sin antes morder su labio inferiror, le dí una última mirada y sonreí. Me gustaba mucho lo que veía, a Bennett acostado con la respiración agitada, sus esmeraldas oscurecidas por el deseo, la cara ruborizada, labios hinchados y sonrosados. Su camisa blanca de botones estaba completamente abierta y debajo de está habían muchas mordidas y marcas que iban desde su cuello hasta su pelvis. Por último su evidente y notable erección que me dejó sin aliento.

Control Eidda, que no es el momento.

Reí por mis propios pensamientos para luego levantarme y salir a donde me esperaba el pesado de Darian.

—¿Sucede algo Ed, qué tienes?— pregunta al ver mi cara de bulldog.

Pasa que, solo tengo muchas ganas de asesinarte en estos momentos.

—Nada, no tengo hambre— le respondo cortante y empiezo a caminar por el pasillo.

Raro, está vez no me siguió, al contrario se fue en otra dirección sin decirme ni una palabra. Desde que llegué a Rednight he pensado que todo aquí es muy extraño, incluso cada vez que he caminado por los pasillos casi siempre están solos.

O tal vez solo es mi retorcida mente que todo lo sobre analiza, creando idas conspirativas y sangrientas.

¿Será una trampa para corroborar si tengo amnesia o no? Él único que sabe la verdad es Bennett, pero no creo que haya dicho nada si el más perjudicado sería él.

Mientras camino miles de ideas llegan a mi mente desde travesuras, bromas, asesinatos, hasta de escaparme. Pero luego recuerdo que sigo en este asqueroso internado por una razón importante y todos esos pensamientos se disipan.

Aunque intenté negarlo las extraño.

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Nota de la autora: ESTÁ POTENTE LA COSA, FIREEEEEE.

¿Cómo así Ed? ¿A quién extrañas?

Nos vemos en la próxima actualización.

Besitos oscuros.🖤

Tres Veces ArderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora