—¿Cuántas veces os habéis enamorado?
—Yo diría que una —responde Minju, con quien espero no compartir destino jamás. Sobre todo, teniendo en cuenta cómo acabó aquella relación de la que sé que está hablando. Acto seguido, escribo su respuesta y espero a que Chaewon me dé la suya.
—No sé, ¿doscientas mil? —responde la muy idiota—. Cada día me enamoro de un tío diferente, Sohee. No puedes hacerme una pregunta tan difícil.
—Querer tirarse a todo lo que se mueve no es lo mismo que enamorarse, guapa —rebate nuestra sabia amiga desde la experiencia; el tercer engranaje de nuestra relación.
Exacto, Minju por fin ha vuelto, y no ha perdido ni medio segundo en poner en su lugar a Chaewon. De hecho, lo primero que hizo cuando fuimos a recogerla a la estación fue decirle que lo único que no había echado de menos estos días era su cara de culo. Luego nos actualizó sobre el estado de su madre —que, por suerte, se encuentra mucho mejor—, y finalmente se pasó media hora quejándose de lo aburrido que es vivir en mitad del campo, con un montón de vacas y ovejas a su alrededor.
—¡Eh! A todo lo que se mueve no —la corrige Chae—. Tengo un filtro de calidad.
—Ah, sí: si tiene polla te lo follas. Menudo filtro el tuyo.
—No solo tiene que tener... —Mira hacia el hueco de la puerta, insegura de repetir la misma palabra que ha usado Minju por sí algún miembro de mi familia nos escucha— eso. También tiene que ser simpático.
—Tienes razón, cómo he podido olvidarlo —ironiza la otra—. Porque un tío que te diga «Hola, Chaewon, ¿qué tal estás?», no es algo que se vea todos los días, ¿verdad? No es como si estuviéramos describiendo al noventa y cinco por ciento de la población masculina, ni mucho menos.
—¿Podemos no desviarnos del tema? —intento intervenir, dando golpecitos en el teclado de mi portátil para llamar la atención de mis dos amigas—. Solo necesito que me respondáis a diez preguntas. No es tan difícil.
—Díselo aquí a la Santa Madre Teresa, la que nunca folla.
—¿Quién ha dicho que yo no folle? Follo cuando quiero y cuando me apetece, pero no con el primero que pasa por delante —se defiende Minju—. Lo cual me parece completamente respetable, pero por lo menos admítelo: no tienes filtro de calidad, te gustan todos.
—Vale, me gustan todos —dice Chaewon a regañadientes, cruzándose de brazos—, pero gracias a eso follo más que tú.
—Si vuelvo a oír la palabra follar una sola vez más, voy a...
Y justo en ese momento, mi padre asoma la cabeza por el hueco de la puerta, mirándonos a las tres con cara de haber oído, al menos, los últimos diez segundos de conversación.
«Tierra tráganos».
—¿Sabéis qué? No voy a hacer preguntas, pero agradecería que hablarais un poco más bajito. Tengo un hijo de catorce años con las hormonas revolucionadas al otro lado del pasillo. —Mis amigas y yo, que claramente desearíamos desaparecer ahora mismo, asentimos avergonzadas y cabizbajas—. Sohee, me voy ya. Si vas a salir esta noche, dile a tu hermano que venga al restaurante. Limón está durmiendo en el sofá. No le he puesto comida porque no quería despertarle. ¿Tú te encargas?
—Yo me encargo —afirmo—. Y tranquilo, no creo que vaya a ninguna parte.
—Sí que irá —objeta la entrometida de Chaewon—. Esta noche nos vamos de fiesta, papá Ahn, así que nos arreglaremos aquí y dejaremos a Soobin en el restaurante de camino. No se preocupe.
—Sí, y yo me encargaré de que todo sea justo como ha dicho ella —promete Minju.
—Perfecto —dice él—, pues que os lo paséis bien, chicas. Y no bebáis mucho.
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Fake Love » jjk
FanfictionA sus veintiún años, Ahn Sohee no es ninguna entusiasta del romanticismo. Mientras los demás jóvenes de su edad se embarcan en relaciones formales y no tan formales, ella prefiere invertir su tiempo en cosas más importantes como estudiar, ayudar a s...