5. Call Me, Maybe

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Ser la novia falsa de Jeon Jungkook, de momento, no está siendo tan difícil como yo creía. El jueves pasado nos sentamos juntos en clase de Psicología Social y luego, aunque le dije que no hacía falta, me acompañó hasta el metro. El viernes dimos un pequeño paseo por el campus para dejarnos ver y levantar rumores, pero como me estuvo contando algunas de las cosas horribles que Somi le había hecho a lo largo de su relación —consiguiendo que su ex ahora me caiga peor todavía—, el tiempo se me pasó volando. Y hoy, sábado por la mañana, el mismo día que se cumple una semana desde la desastrosa fiesta de Jackson Wang y de todo lo que allí sucedió, estoy justo delante de la puerta de su apartamento, aunque lo que vamos a hacer esta vez no tiene nada que ver con nuestra pantomima.

Voy a llamar al timbre cuando la puerta se abre de golpe y una chica que no he visto en mi vida aparece delante de mí. Ambas nos asustamos al vernos porque ninguna de las dos nos esperábamos, pero ella parece mucho más avergonzada que yo y sale prácticamente corriendo por la terraza que hace las veces de rellano del edificio, dejando la puerta abierta a sus espaldas.

La pierdo de vista antes de poder darle los buenos días, así que me encojo de hombros y hago lo que pretendía hacer desde un principio: llamar al timbre. Sin embargo y tras unos minutos de espera, no aparece nadie.

—Eeeh... ¿Hola? —digo mientras me asomo al interior del apartamento. Supongo que no debería entrar sin permiso, pero como nadie ha salido a recibirme aún, me adentro a lo desconocido y cierro la puerta detrás de mí.

Jungkook y sus amigos viven muy cerca del campus, en el mismo barrio que Minju y Chaewon, pero un par de calles más allá. En esta zona casi todos los apartamentos están ocupados por jóvenes que pasan sus días entre fiestas y apuntes, por lo que no es un lugar muy conocido por su tranquilidad que digamos. De hecho, los pocos propietarios que siguen viviendo por aquí siempre están llamando a la policía y quejándose del ruido, pero poco hay que puedan hacer esas pobres almas en desgracia más que comprar tapones para los oídos y abandonar el barco.

Le echo un breve vistazo al apartamento mientras espero a que aparezca alguien. Es más amplio de lo que esperaba, y para tres personas está mejor que bien. Se parece bastante al de mis amigas en cuanto a distribución, y la cocina también es abierta, de estilo industrial. La única diferencia es que aquí el pasillo está al otro lado. Me fijo en la isla con tres taburetes que hay frente a la encimera y luego me fijo en la mesita de centro que hay entre el mueble de la televisión y el sofá, y me doy cuenta de que no hay más mesas o sillas en las que sentarse, lo que me da cierta sensación de incomodidad. También veo que los colores que predominan en toda la casa son el beis y el marrón oscuro, mientras que los que predominan en el apartamento de Chaewon y Minju son el azul cielo, el naranja y el amarillo pastel. Y de elementos decorativos andan escasos. Tan escasos, que parece que estoy en un piso piloto. Todo es demasiado impersonal.

Oigo el inconfundible sonido amortiguado de una cisterna y, de repente, una puerta se abre a mis espaldas.

—¿Sohee? —pronuncia una voz familiar al tiempo que me doy la vuelta. Jimin está en mitad del pasillo, mirándome con los ojos medio cerrados y cara de haberse despertado hace menos de cinco minutos. Y no solo eso, sino que lo único que me separa de ver sus calzoncillos es una camiseta extragrande que le tapa el torso y le cubre todas las zonas importantes casi de milagro—. ¿Cómo... cómo has entrado? Por favor, dime que la chica desnuda que he dejado en mi cama hace un momento no eras tú.

—Imagino que la chica a la que te refieres es la que acaba de salir corriendo y se ha dejado la puerta abierta.

Su expresión es de puro alivio al escuchar mis palabras, y yo no sé si sentirme ofendida o dejarlo pasar. ¿Tan horrible le parezco?

Fake Love » jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora