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15. Misery Business

—Creo que no voy a ir al viaje —anuncio mientras le doy vueltas y más vueltas a mi comida, completamente desganada. La verdad es que no tengo mucha hambre. Tengo el estómago revuelto y, a pesar de haber acabado los exámenes, no siento ni un ápice de alivio o felicidad.

Pero lo que digo no lo digo a la ligera. Es la decisión que tomé anoche, cuando Jungkook me confirmó que llegar a sentir algo por él es lo peor que podría haber hecho jamás. Aunque él no tiene la culpa de eso, claro. De hecho, diría que la culpa es mía. Todavía no entiendo cómo he podido acabar en esta situación. Supongo que pequé de confiada al creer que tenía el control absoluto sobre mí misma y sobre mis sentimientos. Pensé que lo tenía todo tan claro que jamás acabaría pillándome por nadie. Me creí superior a eso a lo que a todo el mundo le gusta llamar «amor», y resulta que no soy tan diferente al resto de la población como yo creía. Pero aún estoy a tiempo. Si me alejo de él ahora, todavía puedo evitar el desastre. Sé que es la única manera para salir victoriosa de esto, y no pienso desperdiciarla solo porque a mi corazón no le guste la idea.

Supongo que, en el fondo, tengo que agradecer que haya decidido volver con Somi. Porque así es como debe ser. Él con ella y yo... conmigo. Justo como era todo antes de conocerlo, y justo como quiero que siga siendo.

—¿Otra vez con eso? —se queja Chaewon, masticando su pasta a la carbonara—. Lo único que vas a conseguir es que me chive a papá Ahn de nuevo.

—No hace falta que nadie se chive a nadie. Podemos resolverlo como las mujeres adultas que somos —dice Minju, soltando sus palillos en la mesa para abordar el tema con seriedad. Acto seguido, me mira y me pregunta—: ¿Tú eres tonta?

—No, simplemente no me apetece ir.

—Que no te apetece ir —repite ella, como si mis palabras le sonaran absurdas.

—No sé de qué te extrañas, si ya sabes que no quería ir desde un principio.

—Pero ibas a venir —replica Chaewon—. Al final dijiste que vendrías e incluso parecía que te hacía ilusión. ¿Es que ha pasado algo con Soobin que no sepamos?

—No —niego.

—¿Y con cierta persona que va a volver con su ex? —La pregunta de Minju es como un dardo directo al pecho que soy incapaz de esquivar. De hecho, me quedo tan bloqueada que ni siquiera respondo, y eso es todo lo que necesitan mis amigas para darse cuenta de lo que me pasa en realidad—. ¡Lo sabía! —exclama ella, dando un golpe en la mesa con la palma de su mano—. Yo lo mato. Te juro que lo mato.

—No si lo mato yo primero —repone Chaewon, tanto o más furiosa que Minju. Dejando a un lado su comida, alarga el brazo por encima de la mesa y me agarra por la muñeca para hacer que la mire—: ¿Qué ha pasado, Sohee? Mira que eres cabezota. Si nosotras te conocemos mejor que nadie y ya lo veíamos venir. ¿Por qué coño nos ocultas estas cosas? ¿Crees que te vamos a juzgar por haberte enamorado de Jungkook?

—No me he enamorado de Jungkook.

—Ay, no tengo paciencia para esto —se queja Minju ahora, indignada. Chaewon me suelta y suspira con pesadez, como si mi negativa le decepcionara, pero es la primera la que continúa hablando—. Vale, no te has enamorado de Jungkook, lo que tú digas. Pero te gusta, ¿no? Sientes algo por él y te duele que vaya a volver con Somi, ¿verdad?

—Sí.

Al decirlo en voz alta siento una extraña liberación que, conforme pasan los segundos, se va convirtiendo en algo parecido al arrepentimiento. Es como si, de pronto, toda esta situación se hubiera vuelto más real aún al admitirlo frente a mis amigas, y parece que no estaba tan preparada como creía para que eso pasara, pero ya no hay marcha atrás. Incluso ellas mismas, que decían tenerlo tan claro, se quedan de piedra cuando lo confirmo en voz alta. Creo que en el fondo esperaban que continuara negándolo un poco más, pero ¿para qué? Si ya ni siquiera puedo seguir engañándome a mí misma, es evidente que a ellas tampoco.