VII

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Karina se encontraba en la bañera de su hogar. Había prendido un par de velas que había comprado hace poco. Necesitaba relajarse para poder pensar mejor. Las palabras de Ningning la habían hecho ver las cosas de una forma completamente distinta y sentía que estaba mal. No debía de ver a Minjeong con cariño solo porque Ningning le dijo que se notaba que le gustaba. Porque no le gustaba.

¡Ni siquiera se han hablado!

Se hundió en la bañera. Sus rodillas salieron del agua y su cara se quedó por unos segundos bajo el agua. Sentía como sus pensamientos se tranquilizaban y se aclaraban. No podía gustarle Minjeong si ni siquiera se han hablado, pero eso no era una escusa, mucha gente le comienza a gustar alguien solo por verlo seguido, como los amores platónicos del autobús. Pero ella interactuaba mucho más con Minjeong que dos personas del autobús ¿No? Sacó la mitad de su cabeza del agua, dejando solo su boca en el agua y la nariz lo suficientemente lejos del agua para no inhalar las burbujas que tapaban su cuerpo. Un regalo de su madre que le dio luego de su primera sesión con la psicóloga.

Miró sus piernas. Las marcas de la caída del auto habían desaparecido, como si nunca hubiese pasado. Se había lanzado para escapar de los golpes de su padre mientras este conduce. Acarició con delicadeza sus propios hombros y luego su cara. Limpiando todo recuerdo de los golpes de su padre. Volvió a hundirse. Esta vez quería ahogar sus recuerdos. Quería ahogar a su padre gritándole y golpeándola. Quería borrar el recuerdo de su cara enojada. El recuerdo de Minjeong golpeándolo en el mentón la hizo sonreír. A pesar de que en ese momento estaba asustada y era un momento serio, era un recuerdo que encontraba a Minjeong tierna. Sacó la mitad de su cabeza, soltó un suspiro, haciendo que se creara más espuma.

Minjeong, en sí, siempre era tierna. Su tímida sonrisa ante las conversaciones en la cena. El cómo fruncía levemente el ceño cuando parecía estar en desacuerdo a algo que escuchó. Minjeong podría ser muy callada cuando quiere, pero Karina podía notar que en la mesa, en un ambiente de confianza, ella era muy expresiva, mostrándole que dentro de su cabeza, ella también era parte de la conversación.

Las pocas veces que ha visto su cara en el colegio, mantenía su cara neutra.

Luego estaba la Minjeong que existía dentro la cocina. Donde se dedicaba a hablar, sin vergüenza ninguna, con Taeyeon y Tiffany. Ahí la podía escucharla reír, hablarle sobre el día del colegio desde su punto de vista, que siempre era bastante optimista, mucho más de lo que se imaginaba. Solía hablar de lo que pasaba a su alrededor, como si comentara una película. Hablaba de lo que veía en la calle, como cuando se dedicó a hablar sobre que uno de sus vecinos había pintado la casa y se dedicó a discutir con Taeyeon sobre cuál sería el mejor color para su casa.

En ese momento Karina escuchaba a Minjeong con el mismo interés que Minjeong la escuchaba hablar en clases.

En esos momentos cada una podía conocer más a la otra. Karina sabia que la escuchaba en el colegio ¿Qué más podría hacer si estaba ahí fingiendo estar durmiendo? Una vez le dijo a Giselle, mientras almorzaban en el salón, que su comida favorita, el cerdo apanado al estilo Japonés. Al poco tiempo después, luego de volver tarde a casa por estar en el psicólogo, vio que Minjeong le había cocinado eso.

Giró su cabeza hacia la puerta al sentir una brisa fría. Minjeong había entrado al baño y mientras cantaba en casi un susurro, se puso a lavarse a los dientes. Karina sonrió por eso y se quedó mirándola. Ya estaba en pijamas y lista para irse a dormir.

Tal vez sí le gustaba Minjeong, pero ¡Hey! No de forma romántica.

Minjeong, a pesar de crear un sin fin de barreras para no hablarle, era la persona más cercana a ella en ese momento. Le gustaba dormir con ella, el cómo la abrazaba y hasta al cómo después se escapaba de la cama. También le gustaba que fuera atenta. Le gustaba cuando estaban las dos en silencio, leyendo o haciendo sus tareas por separado. Se podría decir que le relajaba su presencia. A su lado, la sensación de seguridad que sentía al estar a su lado era como refugiarse en un cálido abrazo mientras afuera, en el mundo real y la tormenta de su pasado, era algo un caos lejano, solo una simple lluvia. Parecía como si se estuvieran resguardando en una burbuja utópica. Todo eso había logrado Minjeong sin siquiera hablarle.

Super Shy [Winrina] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora