Mastermind [Young Miko]

Capítulo cinco: Lo hecho, hecho está

Shining like a god, can't believe it I got you inside

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"Espera..." detiene el camino de mis dedos a los cordones de su crop que dejan ver el pequeño tatuaje de un corazón "tiemblas" susurra con la voz teñida en algo que me parece preocupación mientras sigue acariciando mi mano.

"No..." sonrío avergonzada sin evitarlo "quiero hacerlo" apenas y me puedo escuchar, pero digo la verdad, Victoria sonríe tan brillante como siempre y me jala fuera de la habitación "¿qué pasa?"

"Sh" entramos a mi habitación y aún confundida espero a que ella me diga algo "quizá es porque no me conoces..."empieza quitándose las zapatillas sentada en mi cama arrastrándose hasta el respaldar "o porque nunca lo has hecho" mis labios se resecan rápidamente ante la ausencia de la humedad de su lengua  "ven" palmea su muslo, camino los pocos metros que nos separan y me siento a su lado con cuidado, temerosa de dar un paso en falso.

Lo único que sé es que no sé hacérselo a una chica.

"Lo sé, me gusta" la vergüenza me golpea ¿lo dije en voz alta? quiero decirle que lo único que quiero es unirme a su cuerpo lo más humanamente posible pero la timidez se adueña de mí "Sé que nunca has tocado a otra mujer antes ¿hm?" acerca su rostro y la fiebre aumenta para mí desde lo más profundo, hormigueando mis sentidos, su delicioso olor me envuelve obligándome a concentrarme solo en su cercanía, llevo mi mano a su rostro y me acerco mas no concreto el beso incluso si es lo único que mi cuerpo quiere "Pégate" me envuelve con sus brazos y me monta encima de ella, disimulando acomodarme me frota contra sí misma y la corriente de excitación me recorre la espina dorsal.

"Solo házmelo" pido contra sus labios rozándolos con los míos "por favor" sus ojos azules endiablados me impiden mirar otra cosa y lo disfruto, disfruto esta cercanía, la comodidad y la presión constante de mi peso sobre su cuerpo.

"¿estás rogando?" sus susurros con la voz gruesa y el que esté tragando constantemente me indican que se siente como yo, asiento rápidamente "rogando con esos ojitos de conejita" susurra apenas antes de unir nuestros labios, el delicioso sabor de su boca me embriaga y tomo queriendo probar cada gota que me da, sigo el instinto de mi cuerpo y me froto una vez más buscando algún tipo de alivio para este ardor dentro mío, los dedos de Victoria son todo lo que puedo sentir escabulléndose debajo de mi vestido hundiendo sus dígitos en la carne de mis muslos subiendo y bajando con fervor en una caricia tan dura como desesperada, el calor solo aumenta alrededor mío haciendo que mi ropa me moleste como nunca antes.

"Te quiero...más cerca" sus gemidos retenidos me encienden aun más fuerte dándome confianza de atacar la deliciosa piel de su cuello donde no puedo ser delicada "tócame" exijo como si no tuviera sus dedos jugando sobre la tela de mis panties.

El momento requiere un gesto memorable

Las palabras que mi consciencia susurra trayéndome a la realidad hacen que con toda mi fuerza de voluntad me aparte de su cuello enrojecido por mis mordidas, coloco ambas manos sobre su pecho sintiendo su carne debajo de mis palmas sobre la tela apoyándome para alejarme de la cama "¿qué pa..." hago una señal de silencio e hidrato mis labios con la punta de mi lengua manteniendo el contacto visual con Vicky, llevo mis manos a mi espalda alcanzando el zipper de mi vestido bajándolo y este cayendo al segundo siguiente sobre mis pies en un sonido seco. Veo el aire escapando de sus labios y sus dientes atrapando su labio inferior mientras escanea la longitud de mí cuando doy un paso hacia adelante trepándome sobre la cama yendo hacia ella sobre mis rodillas y manos pero no tengo tiempo de ponerme encima suyo cuando me empuja con su cuerpo haciéndome quedar boca arriba sin derecho a hablar al tener sus labios y lengua haciendo un desastre sobre mí. "Dime cómo te gusta" habla sobre mis labios mirándome directamente a los ojos, el azul brillante se ha ido y ahora son casi negros, no proceso su pregunta con su boca dejando besos húmedos sobre mi barbilla hasta mi pecho dónde sella con mordidas nuevas las marcas de la mañana, gimo de placer y dolor esta vez más alto sin poder evitarlo "¿duro y fuerte?" llega hasta mi ombligo donde hunde sus dientes en la curva de mi cintura y en reflejo tomo su cabeza presionándola.