Luego de que el cocinero se haya ido del barco aquel día, Zoro perdió la cabeza. No podía procesar lo que había sucedido en la cocina y de sólo pensarlo, el deseo le invadía la realidad.
En comparación del estúpido cocinero, el tardo menos en atar hilos y saber que lo que necesitaba no era un sexo con cualquiera, sino con el maldito principito de mierda.
Le era vergonzoso pensar todo lo que sucedió luego, y es que no era de admirar el decir que agarro prendas de la canasta de ropa sucia del cocinero, y se hundió en la cama de él para respirar bien aquel delicioso olor y masturbarse hasta sentir que su muñeca le pedía parar, recordar los gemidos sucios y agudos de Sanji mientras era empotrado y embestido en la mesa, le hizo venir más de una vez. Recordarlo saliendo de la cocina con sus pantalones mojados y asustado, era un contraste delicioso que mataría a quien fuese por volver a probar. Lo deseaba como el puto infierno, sólo con chocarle un rato el culo le había provocado un orgasmo, y ahí comprendió que lo necesitaba más que cualquier cosa en esta vida.Aquellas prendas que agarro para complacerse, verlas bañadas de su semen he imaginar que el cocinero las usaría, solamente provocó que todo aquel día que estuvo sólo en el barco, tratara de calmar aquella calentura que le quemaba todo el cuerpo. Claro, luego aquello le jugó en contra cuando tuvo que volver a verle en el barco, y la humillación y pena de todo lo que había hecho le pegó como un bate en la cabeza. Trato de ignorarlo todo el día, y el cejitas había hecho lo mismo, así que no fue más que el destino el que los empujó a terminar juntos en el piso cuando la marina atacó. Fue inmaduro por partes de ambos haberse distraído y provocar daños en el barco, y aún así, el castigo que le brindó el capitán fue la excusa perfecta para hecharle toda la culpa al destino.
Si en esos días no se cogía al rubio,
iba a cortarse la cabeza..
.
.La parte sencilla era follarlo, la difícil era encontrar la situación o momento para que el cejitas acepte. El rubio era un maldito mujeriego, y quizás aquel encuentro en la cocina la última vez fue un completo error que quizás el otro nunca quisiera repetir, Zoro no era un galán, nunca tuvo que seducir a alguien para follar con aquella persona, ni siquiera sabía cómo debería hacerlo. Lo único que sabía que debía hacer, era que tenía que empezar lento y suave, y ya cuando el rubio este colgando en la palma de su mano, ahí atacar. Primero, debía de saber que el rubio tenía el más mínimo interés en hacerlo siquiera, le iba a resultar más molesto que el idiota ese le rechaze, o incluso molestarlo con algo que el otro ni querría recordar. Frustrado solamente se aferró a las palabras del capitán he iba a estar al lado del rubio hasta más no poder, iba a tirar la carnada y ver si pescaba.
.
.
.Al día siguiente despertó molesto, y supo que era bastante temprano y que el cocinero despertó hace poco porque todos dormían y la cama de aquel chico estaba vacía y ordenada. Zoro se levantó y casi va arrastrando los pies a la cocina bostezando en grande, si realmente quería calmar el celo que tenía sobre el rubio, debía seguir el plan que era estar sobre él. Más, sintió que la jugada le salió en contra cuando lo primero que vio al abrir la puerta de la cocina, era al rubio con unos pantalones tan cortos que casi hace provocarle una erección inmediata... Eso definitivamente despertó por completo a Zoro, trato de calmarse he irse a sentar, las vistas siempre eran así de buenas a primera hora de la mañana? Mierda, el madrugar iba a volverse su hábito favorito.
Quería ver a otro lado, el objetivo era empezar lento y no asustarlo, pero sus ojos estabas clavados en ese culo que jamás había visto tan perfectamente como hoy, estaba sintiendo como se estaba calentando...
El cocinero no tardó en gritarle molesto, y más fue su satisfacción al responderle que lo hacía por órdenes del capitán, y escuchar el silencio ajeno le dio el bingo para saber que no habría travas para estar junto a él todo el día... Bueno, esta vez quería estar más cerca que de costumbre... Ver ese hermoso trasero adornado con esa sensual espalda, rayos... El cocinero tenía un perfecto triángulo invertido con esos hombros tan anchos, y ni hablar de esa curva en forma de "S" de su espalda, Zoro lamió sus propios labios... Le estaba dando hambre.
ESTÁS LEYENDO
Deseos Ocultos ( ZoSan +18)
FanfictionZoSan +18 Sanji y Zoro son tripulantes en la tripulación sombrero de paja, aún siendo compañeros desdes hace años, siempre hubo una tensión de odio entre ellos. Entre los cuchillos afilados de la cocina y las katanas desenvainadas, entre tantos insu...