Deseos Ocultos ( ZoSan +18)

12. Dolor

Sanji pestaño varias veces, acababa de despertar con un hermoso sol y unas aves al rededor, estaba confundido y cuando quiso levantarse de lo que supuso era cesped, se percató que un fuerte brazo le rodeaba. Su corazón latio con prisa y apuro, volteando el rostro para ver el dueño de esté y se sonrojo como un idiota mientras le empujaba.

¿Qué hacía Zoro abrazándolo en medio de la nada? Esté, por el empujón termino despertando con el único propósito de abrazarlo aún más y gruñirle, ¿Qué estaba pasando? Lo único que recordaba es que estuvieron en una isla durante varios días, destruyeron varias cosas y acabaron transportando en esos momentos a un hombre llamado Pedro... No recordaba en ningún momento volver a estar en tierra firme, y menos con ZORO.

—A donde creés qué vas? Cocinerito.

Sanji estaba confundido, y esta vez no lo alejó, y se limitó a observar al rededor. No entendía nada.

—Z-Zoro?—Dijo con clara confusión en su voz, como si la persona que le abrazaba con tal necesidad no era el mismo hombre que lo evito durante tantos dias, se sentía mareado ¿Era una clase de broma? "Hmm?" Fue el único sonido de salió de ese hombre.— ¿Q-qué haces??? MARIMO IDIOTA

El susodicho levantó la mirada y miró extrañado a un Sanji que estaba ruborizado.

—¿No puedo abrazar a mi pareja? Creí que te gustaba. —Murmuro un Zoro que inclinó su rostro y comenzó a besarle el cuello a un Sanji que gimió de sorpresa y tembló abajo de esté, apretándole los hombros sin fuerzas para empujarle, ¿Había dicho pareja? ¿Zoro era su pareja? No era posible, a Sanji no le gustan los hombres! Nunca estaría con nadie, ni con Zoro, aún por lo mucho que lo extrañara.

—N-no! Marimo no, no está bien! No puede ser! —Trato de decir y sólo provocaba que ese hombre le abrazara más, y se inclinó a su oído.

— Me gustas, Sanji...—Susurro y el corazón de Sanji latio como nunca, se sintio tan real que casi hacen llorar a aquel rubio que por fin correspondió aquel abrazo con la misma intensidad...
¿A quién quería engañar? Quería estar con Zoro, quería oír esa voz todos los días, quería que el solamente esté presente a su lado y dejar de buscar excusas estúpidas para acercarse; Y es que, no había manera de negarlo, desde el primer día que lo conoció un pedazo de su cariño fue únicamente para él y con el andar de los meses, ese cariño aumentos al límite en que sentía dependencia hacia aquel imbécil de mierda. Siempre se excusaba con los Okamas de su gusto culposo hacia aquel peliverde, pero lo único que habían hecho era hacer que se diera cuenta de lo mucho que le gustaba aquel hombre tan amargado y enojón.

—¿En qué piensas? Si no es en mí, me enojare muchísimo, cejitas lindas. Solamente yo puedo estar en tu mente ¿Oíste? —Murmuro sobre los labios de Sanji y esté se derritió con el tacto, rodeando aquel cuello del ajeno con sus brazos para que no se alejará.

Ese olor a alcohol y metal, ese calor corporal ajeno, esa ronca y dura voz...

—Me gustas... Zoro... Me gustas tanto... —Susurro con euforia y necesidad, y se inclinó para cortar esos leves y casi inexistentes centímetros y besarlo., Pero no pudo ni probar esos labios, cuando el susodicho lo empujó volviendo a dejarlo tirado en el suelo y esté se levanto; y la expresión de Zoro hizo que el corazón de Sanji se estrujara con dolor.

—Tsh qué mierda creés qué haces?! Que repugnante, ¿Cómo puedes creer que quisiera volver a probar algo qué ya lo usé hasta su límite? Tsh sólo te quería para una jodida vez, ahg! —Escupio en el suelo limpiándose los labios como si acabara de besar la cosa más horrible de todas, y su expresión mostraba mas de lo mismo. —Cocinero idiota, JA ¿REALMENTE CREÍSTE QUÉ HABIA SENTIMIENTOS? Que patético y humillante, sí quieres volver a ser follado ve a prostituirte a algún lado, o vuelve a usar ropa corta para ver si a alguien mas le gusta. Pfff le contaré a los demás JAJAJAJA ¿Qué van a pensar acerca de qué te gusta un hombre cuando eras popular por ser el más mujeriego? Desde aquí puedo escuchar la risa de todos.

Se alejó de un Sanji que estaba con el corazón en la garganta y sus manos temblaban desesperadas, y busco con completa necesidad cigarrillos en sus bolsillos, y al no encontrarlo comenzó a agitarse y temblar, no podía respirar...

Y como si lo salvarán, rápidamente despertó dando una gran bocanada de aire, y estaba sudando frío y su corazón acelerado como si estuviera apunto de morir... Vio la ventana de la puerta y noto que aún era de noche, había vuelto a tener ese sueño, ¿Ya era la novena vez que soñaba algo así? No lo sabe, pero si tenía claro que estaba dañando su descanso... Siempre comienza con que todo está bien con el Marimo, pero siempre acaba de la misma manera. Se levantó con cuidado de la cama para no despertar a nadie y salió a fuera a fumar, algo le dolía en el pecho y no quería descubrir lo que era, y solamente fumo hasta sentir ese nudo menos doloroso.
Todo estaba mejor antes de que ocurrieran esas cosas, antes de que el Marimo lo agarrara aquella noche, antes de tratar de provocarlo, antes de comenzar a soñar intimidante con él, aunque todas esas cosas no hubieran ocurrido, nada cambiará aquel doloroso final...

¿Hmm? "¿Había comenzado a llover?" Pensó al ver esas gotas en el suelo y elevó su mirada para observar un cielo tan despejado y lleno de estrellas, y sólo luego de ver eso, fue que se percató que las lagrimas descendían de sus mejillas... y se quebro.

El cigarrillo gastado cayó de sus labios y cubrió sus ojos con una de sus manos, que nunca supo en que momento comenzó a temblar, y lloró, lloró como nunca antes lo había hecho. Sentía su corazón asfixiado y su mente perdida, estaba tan cansado de sentirse así. Su labio inferior temblaba y se sentía tan pequeño y patético, apoyándo su espalda en esa pared del barco y se dejó caer cubriendo su rostro.

Trataba de no hacer ruido al llorar, ni aún cuando sentía ese pánico atorado en su garganta y le hacía pedir bocanadas de aire para calmarse.
Sus mejillas se helaron con el clima frio y trato de abrazarse en el suelo al llorar, pero una voz diciendo su nombre casi detiene su acelerado corazón.

—Sanji...

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