Deseos Ocultos ( ZoSan +18)

1. te deseó.

Era una mañana tranquila en medio de alguna parte del mar del nuevo mundo. Menos para el barco de los mugiwara, que a pena hora de la mañana, habia un individuo de cabellera verde peleando con un hombre de cabello color pollito. Eran espadazos y patadas que aparecían en el aire mientras gruñidos y insultos salían en cada movimiento que ejercían.

-YAAA! DE VERDAD?! NO SE CANSAN DE PELEAR?. -Grito una agotada y recién despierta navegante, que su rutina relajante de despertar fue interrumpida por aquel molesto ruido y insultos que oía todo el día. No le hizo falta decir ninguna palabra más, cuando aquella pelea se detuvo por tener a aquel cocinero rubio corriendo hacia ella.-

-NAMI-SWAAAAN~- Grito perdidamente loco por la chica, ese rubio que se arrodilló en una pierna delante de ella y tomando su mano dijo con una voz melódica y encantadora.- YA MISMO ME ENCARGARE DE DARLE EL MEJOR DESAYUNO REPARADOR DE TODOS!

Gritaba con orgullo Sanji, y muy muy atrás, un furioso Zoro gruñó y dio la espalda, alejándose de la cubierta del barco, yéndose a la otra punta del lugar.

-Maldito cocinero pervertido...-Murmuro entre dientes muy por sus adentros mientras se alejaba.-

...

El desayuno ya estaba servido y todos sentados a punto de degustar, solamente faltaba aquel Marimo que desde aquella muy temprana mañana no aparecía.

-A COMER! -Grito un eufórico capitán sonriendo en grande y por comer a atracones, pero fue detenido con un "Espera Luffy" dominante de la boca de Sanji.

-Voy a buscar al Marimo, no puede ser que ese idiota de cabello verde nunca venga a la hora de desayunar luego de hacer su turno nocturno para cuidar el barco, lo voy a terminar sacando del barco a patadas tsh, como se atreve.

Se quejó Sanji mientras colocaba uno de sus cigarrillo contra sus labios y al salir de la cocina del barco, lo prendió y fue a buscar a un Zoro que seguramente estuviera dormido en algún rincón del lugar.

Por su sorpresa, lo encontró despierto y vio cómo aquel hombre miraba el mar con un sembrante serio, inclusive dudo si molestarlo y llamarlo, pero ya estaba ahí y tampoco iba a dejar que se salte el desayuno.

-Hee Marimo!, el desayuno está servido. -Mencionó con esa voz fuerte y a la vez algo desinteresada mientras exhalaba aquel humo de sus labios, y tenía sus manos guardada en sus bolsillos. Se podía obversar bien lo definida que tenía esa enorme espalda aquel espadachín aún con esas prendas puestas. A diferencia de todo, Zoro ni volteo a verlo y bufó.

-no tengo ganas de desayunar, puedes decirles que empiecen sin mí.-

Dijo aquel sub-capitan con amargura y un claro enojo que aquel cocinero no lograba entender. Estaban en el mar hace días, nisiquiera había ocurrido algo para que esté con ese repentino mal humor.

-Ehh? Ni hablar, no me importaría que te mueras de hambre, pero no pienso desperdiciar un plato de comida que ya he hecho!-Dijo molesto.

-Daselo a Luffy! Como si fuera una complicación, maldito cocinero pervertido!-Gruño y por fin aquel hombre tan fuerte mostró su sembrante para ver esos intensos ojos celestes del cocinero.

Zoro tenía razón, nunca era una complicación el cocinar de más porque sabía que cualquier compañero lo comería,, pero Sanji aunque no lo admitía, estaba preocupado por no alimentar a un compañero que no durmió en toda la noche. Así sea Ussop, Brook o incluso el maldito Marimo desubicado, eso de que no coman le generaban inquietud.

A él nunca le resultó complicado mostrar preocupación por sus compañeros e incluso hablar con ellos de manera dulce y comprensiva, pero era un caso completamente diferente con ese espadachín de cabeza dura. Jamás pudo siquiera expresar una palabra de preocupación personal o entablar una conversación civilizada con él. Las escasas veces que lo intentó, terminaron peleando como siempre y aumentando su mutuo desprecio. El cocinero nunca logró entender el odio que Zoro sentía por él, pero siempre creyó que eran ¿celos? por ser tan fuerte en la tripulación. Quizás el ego del espadachín de tres espadas estaba herido, y por eso la primera vez que compitieron o pelearon fue para probar la fuerza del otro, algo que Zoro provocó, y por supuesto, ¡yo gané! Tsk.