Una promesa ~ Pedri González

Capitulo 23: ¿Traición?

~ Narra Dafne

— ¿Tus padres? — Pedri dejó escapar una risita

— Shhh — cubrí sus boca con mi mano — ¿Por que están aquí?

— Señorita Dafne — volvieron a llamar a la puerta

— Vamos a fingir que no hay nadie — dije en voz baja

— No haremos eso Daff. Son tus padres

— Exacto ¿Qué clase de padres aparecen en otro pais 1 año después de no hablar con su hija y a media noche?

— Dafne debes calmarte

— Debes esconderte — concluí cuando volvieron a llamar

— ¿Qué?

— Pedro — tome su rostro para que me mirara — Ellos no verán bien que este contigo a estas horas de la noche y van a enfadarse

— Está bien — accedió después de un momento — ¿Cómo haremos esto?

— No lo se — volvió a reírse

— Eres increíble — se acercó para darme un beso y me hizo reír

— Basta que no me concentro — me queje pero volví a besarlo — Perdón por interrumpir todo esto

— Amor no te preocupes. Ya habrá tiempo — No lo habría — Iré a tu set up y tú te encargarás de que no entren

— Bien

Caminamos con cuidado para no pisar alguna de las pequeñas velas del piso. Cómo había dicho Pedri se adentro en la habitación, él sabía que mis padres no estaban al tanto de mis directos así que yo no les permitiría entrar a esa habitación.

Cuando le pedí que cerrara la puerta me recargue en ella para tratar de calmarme  y controlar mi respiración, la cuál era irregular.

— ¿Me dejaras aquí hasta mañana? — pregunto abriendo la puerta y estuve apunto de caerme

— Pedri — reclamé bajito mientras él intentaba no reírse — ¿Sabes lo que significa esconderse?

— Está bien — se adentro nuevamente y está vez escuché que cerró por dentro

¿Puedo echar a mis padres de casa? Debería, pero la intriga de saber que están buscando me obligó a abrir la puerta.

— ¿Todo bien Javi? — pregunté al chico de recepción como si no supiera quién venía con él

— Señorita disculpe la hora, estos señores dicen ser sus padres y yo...

— Mi niña — sentí que mi madre se abalanzaba sobre mi y no le devolví el abrazo

— Muchas gracias Javi, ya me encargo yo — les indique que pasaran hacia la cocina

— ¿Qué es todo esto mi niña? — preguntó mi madre cuando miró a su alrededor

— Mis amigas hicieron esto por mi cumpleaños

— Ah es verdad — la ví dudar por unos instantes — Es muy lindo

— Feliz cumpleaños hija — la voz de mi padre sonó diferente, tal vez porque no la había escuchado en tantos meses

— ¿Podemos ir directo al punto? — me miraron con una expresión ofendida, pero asintieron

— Hemos venido a verte y saber cómo estabas

—  ¿A las 12 de la madrugada?

— Nos han cancelado la reservación y te hemos llamado varias veces, pero no respondiste así que llamamos a Carlos para conocer tu dirección