Vacío en Verde

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Nuestro encuentro fue casual. Yo trabajaba de camarera en un garito cerca de tu trabajo, tú saliste de éste y te dirigiste al bar para apagar tu sed.

Entre cervezas y copas pude fijarme que a pesar de estar rodeado de personas "conocidas" o que decían "quererte" había un gran vacío en tus ojos, una soledad abrumadora de la que no te lograbas despegar. Eso fue lo que me atrajo de ti.

Debiste darte cuenta que no paraba de mírate. A simple vista no parecías tímido, esa fue la manera en la que te acercaste a la barra, no para pedirme otra copa, que ya llevabas varias, sino para decirme poder esperarme cuando el local cerrara, Acepté encantada, quería conocerte más profundamente. A la siguiente copa, te invité.

Las horas pasaban rápidas, al menos para mí. Al final terminamos en tu hotel, lo esperado. La pasión y el deseo no pudieron reprimirse. Pasamos la noche, lo que quedaba de ella, en aquella cama.

Cuando desperté a la mañana siguiente, junto a la almohada, tan solo había una nota:

"He tenido que irme, antes de tiempo. La habitación está pagada. Volveré a buscarte. Jamás podre olvidar tus ojos verdes.

J.S."

Fue una lástima que el dueño del bar decidiera venderlo y yo me quedara sin trabajo. Nunca sabré como hubiera terminado nuestra historia.




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