Lo que pasa en nuestra casa ni si quiera se puede llamar hogar, ni convivencia, ni si quiera debería de llamarse matrimonio. Quizás eso sí, pero de conveniencia, o compañeros de piso o yo que sé, no encuentro ningún nombre para calificar nuestra relación.
Conozco tus mentiras desde hace años. Me acuerdo de dos, la historia que tuviste con la profesora de nuestra hija y otra con mi mejor amiga, estoy convencida que ha habido más, pero de esas son de las únicas que he tenido pruebas.
Cómo veras después de tantos años no he conseguido ni olvidar, ni perdonar. Es algo que no puedo pasar por alto, y mira que lo he intentado, de verdad que no puedo. En el fondo me das pena, solo te engañas a ti mismo.
Nuestros hijos, ya adultos, con sus respectivas familias e hijos, también conocen tus escarceos, nunca has sido discreto.
Esta mañana te he vuelto a pillar. Esta vez no se lo contaré nadie, hasta a mí me parece vergonzoso. Dejaré que el tiempo ponga las cosas en su sitio, que vuelvas a casa por ti mismo, en lugar de "obligarte" a hacerlo. Será ella la que pronto se canse de ti, no esperes poder aguantar el ritmo de una mujer cuarenta años más joven que tú, la edad tampoco perdona.
Solución:
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RELATOS MUSICALES Vol.1
De TodoSerie de relatos cortos con los que pretendo que ejerzas de detective, y consigas descifrar los secretos detrás de cada historia. Cada uno te desafiará a encontrar el tema musical en el que está basado. A veces la pista puede ser una palabra, una f...