PRISMA DE NEWTON

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Kim Taehyung, el ser brillante de Jeon Jungkook, se hallaba con el dilema de un enamoramiento. Es un malestar que cualquiera puede padecer, una indecisión que no lo deja pensar con claridad.

Se hallaba en una sesión, se distraía bastante y eso le costó algunos regaños, pero es que ellos no sabían lo que pasaba en su vida personal, oh Dios, si supieran la importancia de su corazón. 

—¿Qué haces cuando alguien te gusta? —le preguntó a alguien del staff, una chica que se encargaba de arreglar su cabello.

La chica, un poco sorprendida, sin dejar de hacer su trabajo preguntó.

—¿Me habla a mi?

—Si. ¿Está mal?

La chica rápidamente negó, como podría estar mal que un hombre tan agradable y apuesto se dirigiera a ella, oh, claro que no, es de las pocas bendecidas.

—¿Qué hago cuando alguien me gusta? —repitió la pregunta para analizarla—, bueno, no sé, mi vida amorosa es nula.

Ah… 

—Pero, creo que simplemente me gustaría estar con esa persona, querría estar con ella. 

Claro, es tan simple, los sentimientos humanos son tan simples. Quizá él piensa demasiado.

—¿Incluso si son distintos? 

¿Son distintos?

El inalcanzable se sorprendió de él mismo, no es distinto de Jungkook… bueno, puede que un poco. Kim Taehyung es un simple ser humano que está atado, él no puede fingir que todo estará bien porque vive expuesto al ojo público y la persona a la que quiere descubre lentamente su vida y sale del caparazón de inhibiciones y miedos.

—Señor Kim, si me permite, ¿Estaría dispuesto a ceder la distinción de su persona?

—¿Ceder?

—Dejar que otra persona vea sus diferencias y quiera quedarse con ellas.

Que alguien más se quede con su chico de ojos brillantemente melancólicos, dejar que Jeon Jungkook mire de manera linda a otra persona, que le permita entrar a su departamento en madrugada, escuche sus penas poco coherentes, o quizá que sea su nueva persona inalcanzable y le diga las cosas bonitas que sólo él sabe decir. Jungkook es su prisma que le ayuda a ser el “ser brillante" que proclama y le apoda con tanto amor, Taehyung es la luz blanca y Jungkook el cristal que ve sus colores relucir como es y solo como Kim Taehyung puede ser. No, no quiere rendirse esta vez, no quiere ver como la persona a quien quiere es vista con amor por otra.

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Jeon Jungkook, se volvió el ser más afortunado de la creación, recuerda los labios suaves y el tacto con la piel de su ser brillante, sus dedos cosquillean en regocijo al recordar. Vive inundado desde aquel momento. A tan altas horas de la noche debería dejar de fantasear, dejar descansar la imagen de Kim Taehyung. 

Si escuchara su voz, quizás pudiera calmar su alma y hacer dormir su inquieta mente. Quizás y solo quizás, podría agarrar su celular que se ve misteriosamente demasiado tentador desde su mesa de noche, o debería mirar al lado opuesto y proponerse a dormir. Pero… ya era demasiado tarde, ya se había levantado y se acomodo al costado de su cama para marcar el número del ser brillante, no necesitaba que su llamada sea respondida, no, se conformaba con intentarlo y así calmarse un poco. Los tonos de la llamada entrante casi le provocan querer finalizar, con todo ello, escuchó la voz de la persona dueña de los tormentos tan hermosos que le niegan el descanso.

—Hola —le habló con voz suave—.

—Hola.

—¿Sabes algo divertido Jeon? —Jungkook negó aunque no fue visto— quería hablar contigo.

¡Genial! ¡No es el único con ese deseo! 

—Eres horrible Jungkookie, todo un despiadado —dijo juguetón, haciendo que sus palabras hicieran reír al mencionado, risa que se escuchó a través del teléfono— ¿Cómo es posible que no salgas de mi mente? Estuviste en mi mente todo el día.

—¿Lo lamento?

—¡Mínimo intenta parecer sincero!  

Después de la queja fingida de Kim Taehyung, hubo un silencio, nada malo, ambas partes sonreían como los tontos enamorados que son. Ninguno de los dos se atreve a cortar la llamada, no quieren, acompañados del silencio de la noche, sabiendo que están detrás de la línea telefónica es suficiente. 

—Me gustas, me gustas mucho Hyung —le daba valor no ser visto, y que bueno, porque seguía sorosado su tez cada que confesaba en voz alta los afectos hacia la persona de luz—.

¡Qué daría Kim por hacerle saber que no solo es él! También está emocionado, una arritmia imperfecta en su pecho está presente.

—Kook, que pasa si te digo que tengo un cuento capaz de hacernos dormir.

¿Un cuento capaz de calmar su inquieta mente y su sensible corazón? 

No cree en esa posibilidad, pero hará el intento, confiará ciegamente en la persona más hermosa que ha conocido.

—Hay una persona que vamos a llamar “V”, ¿ok?

—Está bien.

—V es alguien que sabe sus cualidades, siempre se las dicen, “eres hermoso”, “eres talentoso”, “eres bello”, “¡que hermoso cabello tienes!” —hizo una pequeña pausa—, ¿Crees que eso hace feliz a V? Podemos decir que son buenos halagos, y V, vivió viendo esa perspectiva, quería que alguien más se diera cuenta de un ángulo distinto de él. Un día llegó una persona extraña, esta persona era transparente.

Jeon Jungkook no pudo evitar carcajearse.

—¿Una persona transparente? ¿Eso siquiera es posible? 

—Tú solo escuchas —sonó avergonzado y estaba igual, se coloreó de rojo sus mejillas e hizo un puchero que gracias a la distancia Jungkook no podrá verlo—. Esta persona transparente le dijo que “es un ser de luz”. Lo que no le dijo fue que, si pasaba más tiempo con él descubrirá cosas nuevas, como todos los colores que posee la luz blanca, colores que solo podía ver y hacer relucir la persona transparente. Porque la persona transparente, no era transparente, estaba hecha del material de lo que son los prismas, por eso pudo ver un nuevo yo a través de él… 

Paró el relato, tratando de expresar con su historia la gratitud hacia Jungkook. E igualmente sus sentimientos quieren alcanzar al chico de ojos brillantemente melancólicos.

—Pero V, el ser de luz, vio que sin él su amigo el prisma tiene sus propios colores y un brillo que puede ser más hermoso que cualquiera de los colores que han llegado a reflejarse en él. Poco a poco irradia, y hace que V no quiera quitar la vista de él, porque espera estar ahí hasta que logre tener el esplendor que solo su amigo el prisma puede tener. 

¿Qué responder al cuento más bello que alguna vez le han contado? 

No sabe qué decir, porque Jeon Jungkook es un llorón, y, es posible que un par de lagrimas salieron y es ignorante de la razón. En ese momento agradece no haber realizado una videollamada.

—Gracias. 

Su gracias fue suficiente para aliviar su corazón del ser brillante, porque se esmeró en crear ese cuento y porque realmente quiere dar a entender lo mucho que anhela un futuro con él.

—Me gustas mucho Kookie —colgó la llamada—.

Dos adultos juegan como adolescentes enamorados por primera vez.