Class of 2010

Capítulo quince

2022

Cuando Baekhyun finalmente reunió el coraje para buscar a Chanyeol y disculparse por la forma brusca en que lo había apartado, se dio cuenta de que ya era tarde. Aunque no le gustara admitirlo a viva voz, había estado perdiendo el tiempo esa tarde, quería encontrarse nuevamente con Chanyeol, cara a cara y sin rodeos, pero también un murmullo en su interior lo persuadía a evitar la realidad.

Eso, junto con las insistencias de Minseok por tenerlo a un lado y hacerle “la noche un poco más amena”, y las caras que Sehun hacia a la distancia mientras ofrecía un dineral por piezas de colección de las que seguramente Sehun jamás entendería el valor más allá de lo monetario; habían sido pequeñas piedras en el camino a Chanyeol que él ni siquiera intentó empujar con la punta del pie.

Recordar aquella escena lo ponía peor. La visión recurrente de la mueca adolorida con la que Chanyeol lo había observado antes de dejarlo en el medio del campo de golf, todavía le generaba escalofríos. Aunque no estaba seguro de si aquella respuesta corporal era por los recuerdos o por la brisa marina que insistía en desnudarle la espalda.

Para evadir las memorias agrias de la semana anterior, dejó que sus labios se empaparan de un exquisito champán que Sehun había tenido la amabilidad de servir para él, después de llegar con la botella entre los dedos y un muy bien preparado atuendo veraniego.

La semana, como siempre desde que tuvo veinticinco, había avanzado a pasos agigantados y, debido a ello, nuevamente se encontraba sumido en una sus citas de fin de semana, una a la que realmente no había tenido intenciones de ir hasta que fueron a buscarlo a la puerta de su hogar.

Es que no sentía estar avanzando con Sehun y, honestamente en ese momento, no le apetecía de nada.

Sin embargo, esa molesta voz en su interior que lo impulsaba a dejarse llevar y olvidar el desastre que podría ser hacer las paces con Chanyeol, volvió a hablarle.

Tal vez era lo mejor, tomarse un tiempo y descansar de sus pensamientos, de la nueva información, de Chanyeol no pareciendo tan malo como él mismo lo había pintado. Tal vez la mejor opción en la baraja era concentrarse en Sehun y, por supuesto, en que se encontraban en medio del agua, bajo un cálido sol al que no iba dejar mancharle la piel.

—¿Por qué sigues ahí parado?

Sehun optó por el silencio en lugar de ofrecer explicaciones, simplemente asintió con una sonrisa tranquila mientras cedía a las órdenes implícitas, hundiéndose en el exquisito sofá de cuatro cuerpos y quedando recostado con una elegancia relajada junto al escrutinio de Baekhyun.

—¿Me invitaste hasta aquí para no hablar?

Sehun optó por regalarle una atractiva sonrisa que pareció funcionarle porque algo se removió en las entrañas del mayor—. Estoy oxidado en el tema de las citas —se excusó el más alto, encogiéndose de hombros acompañando el bebestible con una dulce fresa—, ya te lo he dicho, me limito únicamente a tener sexo.

—Es un halago que gastes tu tiempo en mí.

—Qué va… me das un pretexto para utilizar este cacharro. Puedo no ser un experimentado en citas, pero un yate siempre es una buena opción para empezar.

Baekhyun le regaló una sonrisa juguetona, contento porque el semblante sombrío de Sehun era cosa del pasado—. No quiero quedarme atrás, para la próxima usamos uno de los míos.

—Es imposible ganarte.

—Tú lo dijiste, un yate siempre es una buena opción —estiró los brazos, dejando que su tacto se deleitara con la exquisitez de la tela que cubría el sofá—. Ninguna de mis citas ha sido en uno.