Class of 2010

Capítulo veinticuatro

2022

Baekhyun no pudo ocultar su sorpresa al encontrarse con cajas repletas de adornos navideños esparcidas por el salón principal. Un gran número de los integrantes del personal, liderados por la señora Kim, se encargaban de separar los ornamentos de cristal sobre una tela acolchada para quitarles el polvo.

Después de un momento observándolos y mientras ajustaba el reloj suizo bajo las mangas de su suéter de algodón, Baekhyun saludó al personal con una reverencia sencilla antes de acomodarse a un costado de su mujer de confianza—. ¿Ya es esa época del año? preguntó, expresando su sorpresa.

—Lo tendremos listo para mañana, señor. Los pinos llegarán durante la tarde y los levantaremos durante la noche, como siempre. Cuando despierte mañana tendrá la casa como todas las navidades.

Baekhyun asintió. Ya no era del tipo de personas que celebraran la Navidad con alegría—. La cena navideña de este año contará con las mismas personas de siempre, señora Kim. No se esfuercen más de la cuenta.

A pesar de que ella estaba de acuerdo, Baekhyun sabía que era un despropósito convencerla. Su amor por la Navidad era tan profundo como el de su difunta madre. Pasaban horas decorando la casa juntas cuando ella estaba viva, y año tras año ampliaba la paleta de colores y conseguía nuevas decoraciones. Pero desde su muerte, Baekhyun no había podido seguir esa tradición.

La primera Navidad sin ella la pasó en Escocia, visitando a una tía y la segunda en Suiza probando el mejor chocolate caliente de la existencia junto a un tipo al que ya ni recordaba. Para cuando volvió a celebrar una Navidad en casa, ni su madre ni su padre existían, por lo que Baekhyun asumió que quedarse con lo que ya tenían era suficiente, decorando cada pino fresco con un popurrí de adornos, los favoritos de su madre.

—Si necesitan mi ayuda, pueden llamarme.

—Descuide, señor, los chicos y yo nos encargaremos de traer el espíritu navideño a cada rincón de la casa.

—Nos vemos más tarde entonces —volvió a reverenciarse y los demás lo imitaron—. Que tengan un buen día.

Cuando puso el primer pie fuera del elevador en el último piso del rascacielos, Baekhyun notó de inmediato la atmósfera navideña impregnada en cada milímetro del recibidor. Incluso su secretaria lucía con orgullo un par de cascanueces de tamaño mediano colocados a cada lado de su escritorio.

—La Navidad me persigue.

—Espere ver su oficina, la corona de la puerta es sólo un vistazo de lo que encontrará dentro.

Baekhyun suspiró, metiéndose las manos en los bolsillos y cambiando el peso a su rodilla derecha—. ¿Fuiste tú?

—Todos los pisos están decorados, no podíamos ser los únicos aguafiestas de la Navidad —ella parecía exhausta, el pasado año la festividad nunca formó parte de oficina del CEO.

—¿Todos los pisos? No recuerdo que me hayan preguntado.

Ella pestañeó resoplando y volvió a mirarlo con ganas de ahorcarlo—. El comité de eventos lo solicitó a Recursos Humanos y, debido a la política de bienestar, nadie puede evitar tener un entorno navideño. Si tiene alguna queja, puede discutirlo con el gerente.

—Jinhee —la nombró por primera vez en mucho tiempo, liberando sus manos y apoyándose sobre el mesón marmolado—. No tengo ganas de pelear con nadie, pero la próxima vez, asegúrate de avisarme. Hoy viene Taeyeon, hazme el favor de revisar las cámaras de seguridad.

—Usted quiere matarme.

—No más de lo que tú quieres matarme a mí —respondió casi sacándole la lengua, levantando las carpetas de cuero mientras avanzaba hacia las puertas que daban a su oficina.