Capítulo veintiséis

78 8 1
                                    

2022

Era la segunda vez en lo que llevaban de viaje que despertaba con nada más que la ropa de cama cubriéndole el cuerpo. Estaba científicamente comprobado que el contacto piel con piel era una manera sumamente efectiva para combatir el frío, o eso quería creer.

Baekhyun dejó ir un bostezo y se restregó los ojos al ser golpeado por la luz del día. Aunque alcanzaba a ver el cielo desde su lugar en la cama, la niebla espesa que cubría la colina no le dejaba ver más allá del grisáceo paisaje que rodeaba la casa de verano. Chanyeol soltó un ruidito, colocándole una pierna por encima de las caderas, tirando de él con más fuerza de la realmente necesaria. Murmuró alguna tontería sobre un laberinto lleno de telarañas y guardó silencio cuando recibió un corto beso por parte del mayor.

El invierno en Busan implicaba temperaturas gravísimamente heladas que se intensificaban por la presencia de la costa, generando en Baekhyun una necesidad de mantenerse en el abrigo de la casa. Con los pisos calientitos por la calefacción y con una chimenea que podía mantenerlos a una temperatura adecuada en la que estar desnudos no era un problema.

Mientras memorizaba cada milímetro del rostro de Chanyeol, su teléfono vibró repetidas veces sobre la mesita de noche en un intento por llamar su atención. Era esperable que la curiosidad comenzara a torturarlo para descubrir qué significaba tal insistencia, pero su atención estaba puesta única y exclusivamente en el repentino ceño fruncido del menor.

Trazó con la yema de los dedos las poco notorias líneas que se dibujaban sobre las oscuras y gruesas cejas. Pensó que podría tratarse de una pesadilla o algún sueño molesto que estaba haciéndole pasar un mal tiempo, pero descartó cualquier idea suya cuando los labios de Chanyeol comenzaron a curvarse de la manera más adorable posible a la par que era aprisionado por los brazos de él.

Cerró los ojos durante un momento. A pesar de no poder ver el sol por la niebla, sí distinguió un brillante círculo brotaba desde la parte más cercana al horizonte asegurándole que el amanecer no llevaba más de media hora en pie. Baekhyun creyó que un minuto acurrucado contra el pecho de Chanyeol sería suficiente para mantenerlo en calma, pero la realidad es que el minuto se convirtió en horas arrebatadas en un suspiro.

Calcular el tiempo dentro de los sueños era imposible, no obstante, el menor se aburrió de soñar y, ante las ansias de correr al baño, despertó encontrándose con una fotografía que le hubiese gustado enmarcar. El hermoso rostro de Baekhyun estaba recostado sobre su bíceps, sus piernas atadas bajo los edredones y la respiración de éste golpeándole justo el lugar donde su agitado corazón bombeaba a cien latidos por minuto.

Se esforzó por no despertarlo y volver en un abrir y cerrar de ojos, pero Baekhyun tenía el sueño extremadamente ligero y notó el vacío de la cama.

—¿Me vas a dejar?

—No por más de un minuto.

Baekhyun se estampó deliberadamente contra el colchón y lo dejó marcharse sin ánimos de armar una trifulca, sabiendo que cumpliría con su palabra. Y lo hizo, Chanyeol volvió semidesnudo después de encontrar su ropa interior en el camino a la habitación, con el rostro levemente mojado y completamente revitalizado.

—¿Será este el día en el que vayamos por fin a comer al mercado? —preguntó al tenerlo a centímetros de distancia mientras le acariciaba la espalda con ternura.

El mayor negó enseñando los dientes en una sonrisa y aceptó, sin chistar, un cálido beso por parte de Chanyeol.

—Tenemos un acuerdo que terminar. Mañana antes de irnos pasamos por ahí.

—Te la cobraré con creces.


Después de enfrentarse en una batalla donde las armas constaban de besos y mordiscos, Chanyeol se dejó conquistar por la propuesta que le fue echa y se sumergió junto a Baekhyun en el más exquisito y abrasador baño de tina. Mientras se enfrentaban cara a cara en medio del agua espumosa cubierta de pétalos secos y con aroma avainillado, el menor se jactaba de un puntiagudo peinado que acababa de hacer con la espuma del champú en el suave cabello de Baekhyun.

Class of 2010Donde viven las historias. Descúbrelo ahora