Gritos y disparos era lo que se escuchaba a lo lejos.. lo que sería un simple intercambio de negocios en un casino, se convirtió en una maldita masacre. Mujeres y hombres muertos en el suelo.. algunos peleando por aquí y por allá. Dos de las mejores bandas de negocios peleaban por el dinero y la droga. Uno de ellos se llamaba Mark Malcon, él era de los más grandes en Tokio, vendía mucha mercancía, tanto drogas como personas, no importaba el negocio, después de que su pago fuera el dinero y poder, estaba más feliz que nada, sus hombres estaban cayendo lentamente. Pero en la otra esquina del casino, se encontraba el otro Jefe. Neil Meléndez.. el más temido por su forma de tortura, lo frío y seco que podía llegara a ser. Su manera de negociar lo había llevado hasta lo más arriba, el dinero, la fama, no podía ser contado. Pero ahora ambos estaban peleando, debido a la traición de parte de Neil, que, quiso robarse todo, pero su plan no había salido como pensaba, ahora se encontraba entre la espada y la pared.Pero ninguno accedía, nadie se rendía, pero, el silencio se hizo presente, un silencio desgarrador.. las balas habían acabado.. Neil se levantó de su escondite y lo mismo hizo Mark, ambos con miradas fulminantes, llenos de odio y con hambre de poder, ahora era turno de los puños, de los golpes. El primero en tirar el golpe fue el moreno, era tan conocido por ser tan provocador, ambos se daban con todo lo que tenían. La sangre manchaba sus ropas, Neil tomó una de las sillas del lugar y se lo aventó al contrario, que duras apenas pudo esquivar, el más blanco lo agarró estampándolo contra la pared con fuerza. Poco a poco sus cuerpos iban accediendo, pero debía haber un ganador. Fue entonces que Neil aprovechó un momento de distracción y le empujó, agarró un vidrio roto, pero tan pronto le iba a cortar el cuello... el sonido de una bala llenó la habitación.
Mark le quedaba una bala en su pistola, y tenía que aprovecharlo, la bala fue directamente en el abdomen del moreno, que cayó de rodillas, fue entonces que Mark riendo, se levantó y agarró la bolsa con la mercancía y salió del casino, no sin antes decir "A veces debes usar la cabeza.. ahora púdrele en el infierno, traidor.." Salió de allí. Neil sentía du cuerpo desvanecer, no fue que entonces varios de sus hombres llegaron a tiempo, pues habían mandado a buscar refuerzos al no contar que habían demasiados hombres por parte del enemigo. Lo levantaron hasta llevarlo al auto, donde presionaron la herida para evitar más sangrado. Cargaron sus armas y llegaron a un pequeño hospital cerca.
Sus hombres bajaron con arma en mano, y entraron apuntando a todos, quienes empezaron a gritar alarmados, uno de ellos avisó que necesitaban que atendieran a su Jefe, ningún doctor se atrevía por miedo.. fue entonces que.. un chico de baja estatura, de pelo castaño.. alzó su mano, con temor. Shaun Murphy un residente con autismo y el síndrome de savant. Se atrevió hablar. "Y-yo.. puedo.. atenderle.." El hombre con arma en mano le apuntó, dió una señal, y el cuerpo de Neil que a a duras penas se podía mantener de pie en equilibrio. Fue puesto en una camilla que Shaun le indicó.
Fue ahí donde ambos se vieron por primera vez.. dos personas totalmente opuestas, el bien y el mal, que nadie sabe que podría pasar.
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My Dulcinea.
RomanceEn un hospital pequeño pero bullicioso, el residente Shaun Murphy se encuentra con un nuevo paciente inesperado: Neil Meléndez, un mafioso herido. A pesar de sus antecedentes poco convencionales, Shaun atiende a Neil con profesionalismo y dedicación...