En un hospital pequeño pero bullicioso, el residente Shaun Murphy se encuentra con un nuevo paciente inesperado: Neil Meléndez, un mafioso herido. A pesar de sus antecedentes poco convencionales, Shaun atiende a Neil con profesionalismo y dedicación...
El tiempo pasó y finalmente era hora de darle de alta, estaba aliviado de que por fin se irían todos ellos. Al llegar a la habitación donde se encontraba el hombre, este rápidamente le miró y una gran sonrisa se formó en su rostro. "Pero mira quien es, mi doctor favorito" El menor simplemente siguió mirando unos papeles hasta que le contestó "No soy u-un doctor.. soy un residente.." a Neil le gustaba eso, cuando le tiraba pequeñas indirectas y el menor no sabía captarlas, se lo tomaba todo tan enserio, era divertido y sobre todo tierno. "V-vengo a decirle que oficialmente u-usted está de a-alta.. debe firmar e-estos papeles" En ese momento levemente se le fue la sonrisa a Neil, necesitaba quedarse más tiempo, tenía que estar ahí, miró al chico de reojo, y este simplemente jugaba con sus manos mientras miraba a cualquier otra parte. "Y.. ¿que pasa si no firmo?" Fue entonces que la tensión subió un poco más en la habitación. "Pues.. tendrá q-que irse f-forzosamente.. o llamarán a l-la policía.." En ese momento se pudo escuchar una fuerte carcajada por parte del mayor, aunque no quería irse, simplemente se limitó a firmar los papeles del alta. "De acuerdo precioso.. en unos minutos me iré.." Shaun se quedó pensativo por lo que dijo de chico precioso, pero tomó los papeles y se fue de la habitación por fin.
El menor ahora se encontraba llenando unos papeles junto a una enfermera, no había visto salir todavía aquel sujeto mafioso, lo cuál le preocupaba bastante, pero todos esos pensamientos fueron esfumados tan pronto observó como salían algunos hombres armados y en el medio, se encontraba él.. alto, con una ropa elegante pero al mismo tiempo no, su semblante serio, los demás estaban aterrados, pero este se mantenía tranquilo, pues ya se iba, pero cuando observó como aquel hombre caminaba directamente hacía él, le puso los pelos de punta. "Hola, doctor preferido.." En ello tomó la mano del chico con delicadeza y besó suavemente la misma. "Quería agradecerle.. por sus buenos tratos.." Shaun estaba totalmente paralizado, apartó su mano tan rápido como su cuerpo le permitió reaccionar. "Ya l-le dije.. no soy un doctor.. s-soy un residente.." Una gran sonrisa se formó en el rostro ajeno, le guiñó el ojo y finalmente salió del pequeño hospital junto a sus hombres. No dejaba pensar en.. lo atractivo que se veía.. carajo, ¿por que piensa en eso? sacudió su cabeza rápidamente y continuó trabajando como normalmente, dejaría todo eso atrás en el pasado, fue simplemente un paciente más, un paciente mafioso, sí, pero ya quedó en el pasado, o eso pensaba.
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La noche finalmente cayó, y Shaun por fin había terminado su turno, dejó algunas cosas en su casillero y se quitó su uniforme, colocándose la ropa normal, para luego ponerse un abrigo bastante ancho pero que calentaba bien, al salir comenzó a caminar tranquilamente, debía llegar a su departamento que quedaba algo cerca pero no tanto al mismo tiempo. Las calles estaban algo vacías pero aún pasaba algún que otro coche. Desde que su mejor amiga, Lea se había ido a vivir junto a su pareja al otro lado de la ciudad, ya casi habían perdido la comunicación, ella aún estudiaba en la universidad y eso le consumía mucho tiempo, además pues este trabajaba en el hospital y los turnos eran siempre esta tarde. Se sentía más solitario todo, pero daba igual, ya se estaba acostumbrando. Al estar tan metido en sus pensamientos no se dió cuenta que finalmente había llegado al pequeño edificio, que ya era bastante viejo todo, pero el alquiler era barato, así que no podía quejarse. Subió hasta el quinto piso, departamento número 203, al entrar, dejó los zapatos a un lado, su departamento estaba casi vacío, solo tenía un pequeño sillón, una televisión algo vieja, una cama, baño y cocina, no era de la mejor calidad, pero era más que suficiente para vivir.
Se dirigió al baño, quitándose toda la ropa para entonces darse una ducha rápida, al terminar, secó su cuerpo blanquecino con delicadeza, se puso ropa interior, unos pantalones grises anchos junto a una camisa ancha de manga larga, de color blanco, secó su cabello. Normalmente comía algo de cereales antes de dormir, pero había sido unos días estresantes, así que últimamente no tenía mucho apetito, por lo que decidió irse a dormir tranquilamente, una vez en la cama, cerró sus ojos, no tardó mucho en quedar en un sueño profundo.
Lo que este no sabía era que, afuera del edificio, escondido en el coche, le había seguido todo este tiempo desde que salió del hospital. El humo del cigarro salió de su boca, para luego apagarlo, Neil no podía irse así sin más cuando le dieron de alta, debía seguirlo y saber donde vivía, vigilar lo que es suyo, no iba a permitir que ningún subnormal le hiciera daño. Cuando estuvo satisfecho de que todo estaba en orden, y de que vario de sus hombres se quedarían durante toda la noche a vigilar el edificio y los alrededores, dió la orden para ir a su casa. Pues el trabajo le llamaba, además de que tenía unos asuntos que resolver con el idiota que le robó la mercancía y de paso le dió un balazo. Pero primero que nada, era su residente favorito. Mientras llegaba a la casa, llamó por teléfono a uno de entre miles de contactos, a un viejo amigo llamado Marcus.. él era experto en computadoras y buscar información, por lo que le pidió amablemente que buscara hasta la última gota de información sobre aquel residente, al recibir confirmación de su parte, sonrió levemente. "Muy pronto serás mío.."
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