En un hospital pequeño pero bullicioso, el residente Shaun Murphy se encuentra con un nuevo paciente inesperado: Neil Meléndez, un mafioso herido. A pesar de sus antecedentes poco convencionales, Shaun atiende a Neil con profesionalismo y dedicación...
Habían pasado un par de horas luego de lo sucedido, cuando aquellos hombres habían puesto al sujeto en la camilla, este había quedado inconsciente debido a la gran cantidad de sangre perdida. Los demás estaban aterrorizados por la situación que simplemente se limitaban a guardar silencio mientras tenían sus manos levantadas, los demás doctores trataban de hacer su trabajo pero los nervios les hacían cometer errores. El único que no cometía de aquellos errores a pesar de ser apuntado con armas, debido a que estaba atendiendo al Jefe era Shaun, que estaba más que concentrado en la situación, con gran agilidad había logrado sacar la bala, que con mucha suerte no había perforado ningún órgano vital. Fue cuestión de sacar, limpiar la herida para luego coser, y finalmente terminar poniéndole un vendeja. Cuando estaba apunto de colocarle suero y otros medicamentos más uno de aquellos hombres habló. "Bien, ya terminó, hay que llevárnoslo" Entonces Shaun protestó "¡N-no! él.. necesita m-medicamentos.. y reposar a-acá.." Los hombres se quedaron primero sorprendidos ante la reacción seria del muchacho, se miraron entre sí y simplemente asintieron, no podían permitir que su Jefe muera.
Pasaron en su totalidad dos días, hasta que finalmente Neil comenzó a despertar, ninguno de sus hombres se había ido, se quedaron haciendo guardia al rededor, para no permitir que nadie hiciese algo extraño. Al único que dejaban pasar era al menor. Shaun estaba apuntando algunas cosas en una libreta médica mientras que esperaba a que el sujeto despertara. Le miró de reojo, era alguien bastante alto, se notaba que su físico lo trabajaba bastante.. se notaba alguien fuerte y rudo.. su piel morena con su cabellera negra le quedaban de maravilla.. entonces se dió cuenta de lo que estaba pensando y un sonrojo apareció sobre sus mejillas, ¿por qué de repente pensaba en eso..? sacudió su cabeza suavemente y entonces la voz ronca de alguien se hizo presente. "Carajo.. ¿dónde mierda estoy?" Susurró mientras se acostumbraba a la luz, al abrir por fin los ojos, se dió cuenta de que estaba en el hospital, y un rápido golpe de todos los recuerdos abundaron su mente. "Carajo.." En ello se dió cuenta de la presencia del chico, le miró seriamente, de manera intimidante, pero le llamó la atención la forma rara en que actuaba "¿Y tú quien eres?" En ese momento el menor se dió la vuelta mientras jugaba con sus manos y no le miraba, su mirada siempre se encontraba en otra parte fija. "M-me llamo Shaun Murphy.. soy residente e-en este hospital.. yo a-atendí sus heridas.." Neil se quedó analizándolo, cuando iba hablar en ese momento sus hombres entraron aún con armas en mano, uno apuntaba a Shaun, pero este se mantuvo tranquilo, pues aunque le agobiaba, sabía que debía mantener la calma, eso no pasó por desapercibido por Neil, que estaba acostumbrado a ver como todos alzaban sus manos, temblaban de miedo y comenzaban a llorar.
Sus hombres le habían explicado en resumen lo que había pasado. Ellos esperaban la rápida orden de que ya se iban, pero se les hizo raro que la orden fuera que salieran y que mantuvieran vigilado todo. Sin más Shaun iba a irse pero el rápido agarre de alguien en su brazo se hizo presente, volteó rápidamente "¿Tienes miedo?" Shaun se quedó analizando la pregunta, la mayoría que conoce al menor, saben que él no es de responder preguntas así directas. Para Neil, fue como si le estuviese desafiando por lo que eso le llamó más la atención pero también algo de molestia "¡Te estoy hablando!" el más bajo dió un pequeño brinco y simplemente logró sacarse de su agarre y habló por fin "L-lo siento.. no me g-gusta cuando me gritan.. m-me aturde.. hay cosas que n-no logro comprender b-bien como los demás.. tengo autismo.." Y eso fue más que suficiente para que Neil se quedara totalmente paralizado, se sintió rápidamente como un idiota. Que no se dió cuenta cuando el chico se retiró, pero carajo.. tenía que admitir que se veía jodidamente guapo, este ya sabía que sus preferencias eran hombres y también mujeres, era bisexual desde hace mucho. Pero durante todo ese rato, no dejaba de pensar en lo guapo que era, definitivamente quería follárselo.
Y sin darse cuenta, poco a poco un pequeña obsesión por el chico iba apareciendo, mientras que un ingenuo residente hacía sus cosas tranquilamente, sin saber que un caos estaba apunto de explotar en su vida, llena de emociones.
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