Al sentarnos frente a los chicos, comenze a charlar con el marido de mi hermana sobre el viaje que hicimos desde mi ciudad (Tánger) hasta allí. Fue un trayecto interesante, ya que optamos por la carretera principal. Fue la primera vez que mi prima grande conducía en esa carretera, lo que añadió emoción a la experiencia.
Mientras compartíamos detalles del viaje y nos reíamos con anécdotas, noté que la mirada de Hamza se cruzaba ocasionalmente con la mía, creando un vínculo especial solo entendido por ambos.
Mientras compartíamos detalles del viaje y nos divertíamos con anécdotas, noté que la mirada de Hamza se cruzaba ocasionalmente con la mía, creando un vínculo especial solo comprendido por ambos. Sin embargo, durante nuestra conversación, noté risas saliendo de los chicos. Giré la cabeza y los encontré mirando el techo JAJAJAJA, riéndose como tontos mientras disfrutaban de su comida.
El tiempo pasó, y mi familia terminó de comer. Siguiendo la costumbre de ser una buena chica y tambien para ayudar y tal, mi prima y yo nos dirigimos a recoger la mesa y llevar el postre que faltaba. Este momento fue fascinante, lleno de complicidad y risas, mientras nos asegurábamos de que cada detalle estuviera en su lugar.
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A kilometros de ti
Roman d'amourImagina a dos personas separadas por el mar, una en España y la otra en Marruecos. Así empieza mi historia: la de dos adolescentes unidos por un sentimiento, aunque haya kilómetros entre nosotros. Yo, Zainab, con mis 15 años, vivo en España, mientra...