Subieron y trajeron con ellos zumo de naranja y vasos. Nos sentamos en círculo y comenzamos a jugar. El juego era por parejas, yo jugué con Hamza, mi prima con su amigo, y el hermano pequeño le tocaba jugar después de la primera ronda. La verdad, no recuerdo bien las reglas del juego, pero lo que sí sé es que, cuando tenías una carta igual o algo parecido, tenías que hacerle un gesto a tu pareja. Hamza y yo decidimos que nuestro gesto sería un guiño.
Al principio todo iba super bien. Nos entendíamos súper bien, y hasta me hacía gracia ver cómo él se esforzaba para ganar. En un momento, logramos una combinación y le guiñé el ojo y él, rápido, puso su carta sobre la mesa con una sonrisa super bonita. Estábamos riéndonos de lo bien que nos salía la estrategia cuando, de repente, escuchamos pasos.
El sonido se acercaba cada vez más, y todos nos quedamos en silencio, como si de repente el juego ya no importara. Nos miramos, intentando saber quién podía ser. De pronto, la puerta se abrió lentamente...
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A kilometros de ti
Storie d'amoreImagina a dos personas separadas por el mar: una en España y otra en Marruecos. Así comienza mi historia, la de dos adolescentes conectados por un sentimiento especial, a pesar de los kilómetros que nos separan. Soy Sara, tengo 15 años y vivo en Esp...
