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¿Puedes creerlo? ¿Puedes creerlo? Del mar, su inmensa luz, espejo de estrellas.

¿Crees que es posible? ¿Crees que es posible? 

El sonido del viento moviendo las ramas de los árboles y el canto de distintas aves despertó al azabache, quien miro en su reloj y eran alrededor de las 10 de la mañana

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El sonido del viento moviendo las ramas de los árboles y el canto de distintas aves despertó al azabache, quien miro en su reloj y eran alrededor de las 10 de la mañana. Nunca se había levantado tan tarde como ese día. Era normal, después de un par de días de no dormir bien.

Salió de la cama y se vistió con la ropa que la pelirroja le había dejado en una silla. Le quedaba un poco ajustada, pero era mejor a no llevar nada puesto; ya que su ropa aún estaba mojada por nadar con Kakyoin el día anterior. Le parecía extraño que la ropa que le había dejado tuviera un agradable aroma y ¿De dónde pudo sacar esa ropa?

Al buscar a Kakyoin la encontró en la pequeña cocina lavando unas manzanas. Tenía distintas frutas en una canasta sobre la mesa y un pichel con jugo de naranja.

Kakyoin al ver que Jotaro fue rápido hacia él y se lanzó a sus brazos, ambos dando vueltas y terminando en un cálido abrazo.

—Al fin despertaste.

—Debiste despertarme, ya es tarde.

—Te mirabas tan tierno y no quería despertarte. Después de todo, no has dormido bien estos días o ¿Me equivoco?

—Está bien, tu ganas.

Jotaro se sentó en una de las sillas y Kakyoin le sirvió un vaso de jugo y continúo lavando las frutas. El azabache observaba la pequeña casa, a pesar del tiempo se mantenía bien y está muy ordenada y limpia. No se había percatado del agradable aroma que estaba impregnado por todos lados.

—Kakyoin... —Jotaro se levantó de su asiento y abrazo a la pelirroja por la espalda.

La pelirroja volteo a verlo.

—¿Esta ropa era de tu padre?

—Si... —respondió sorprendida por la pregunta repentina del azabache.

—Te tomaste la molestia de lavarla después de tanto tiempo —Jotaro la abrazo con más fuerza —. Al igual que arreglaste todo este lugar.

—Por supuesto, aunque no tengo muchos recuerdos de esta casa... no quería que siguiera en tan mal estado. También lave toda la ropa y utensilios que estaban es buen estado.

—Debió ser difícil para ti hacerlo todo sola.

—Mis amigos venían a ayudarme, sobre todo Okuyasu, él es mi mejor amigo desde que era más pequeña.

—Me hubiera encantado ayudarte —dijo Jotaro en voz baja.

—Que estes aquí ahora mismo es más que suficiente para mi —Kakyoin le dio un pequeño beso en la mejilla al azabache—. Además, gracias a que me enseñaste varias cosas cuando vivía en tu casa es que supe que hacer. De lo contrario quizás habría destruido todo.

The World's Continuation | JotakakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora